Nunca he visto ser un líder en negocios como un empleo, sino como una plataforma y una oportunidad para hacer una diferencia. Con mi esposa, Susan, hemos hecho muchas cosas, además de concentrarnos en los hijos y la familia; una es trabajar por el empoderamiento de la mujer, una travesía en la que vamos juntos”, dice Rick Goings, presidente ejecutivo de Tupperware Brands, cuyos productos cualquier godín de México puede jactarse de conocer.
Goings, de 75 años, se deleita hablando de su esposa, de quien muestra una foto en su celular, y de la importancia que tienen las mujeres en su vida: “Estoy impartiendo un seminario para que las mujeres sepan cómo ser guerreras de corazón; ella, con su formación como periodista, realiza entrevistas con mujeres de todos lados”.
La empresa tiene su origen en 1938, cuando el químico estadunidense Earl Silas Tupper fundó su compañía productora de plásticos que, nueve años más tarde, presentó un “tazón maravilla”, un recipiente hermético para trasladar comida, paso decisivo para fundar Tupperware Brands, la productora de una de las herramientas más importantes para los oficinistas contemporáneos: los tuppers.
La marca, que llegó a México en 1966, se comercializa en más de 100 países tan distantes como Alemania, Estados Unidos y Australia, con 15 plantas de producción a escala mundial, una de las cuales se encuentra en el Estado de México, donde produce más de 30 millones de productos para consumo local y exportaciones. Sus ganancias son superiores a los 2 mil millones de dólares, de los cuales cerca de 100 millones de dólares son por ingresos en México, a través de sus 700 mil vendedoras en el país.
Una relación muy cercana.
La clave es que la mayor parte del tiempo ella está conmigo, así es que cuando yo estoy haciendo algo, ella está entrevistando a mujeres; tenemos una travesía compartida.
Estuvo en la Marina, ¿cierto?
Mi paso como navegador por la Marina impulsó mi sensibilidad y forjó mi carácter, que terminó por llevarme al frente de una de las empresas de venta directa más prominente a escala mundial. Como navegador, siempre tenía que saber en el barco de guerra dónde estábamos y hacia dónde íbamos. Eso se ha traducido en algo bueno, en mi desarrollo personal.
El ejecutivo inicia su día revisando la plataforma Daily Work Today. Le gusta leer ahí sobre los propósitos de la vida. Como hábito que forjó desde los 20 años, hace después la primera de dos meditaciones diarias, por 20 minutos. La espiritualidad, afirma, es algo que va más allá de un aspecto religioso y que repercute en crear una mejor versión de cada uno.
Los viajes
El hombre de Illinois afirma que tiene más amigos fuera de su país, pues ha dedicado 70 por ciento de su vida a viajar, y entiende que la multiculturalidad es algo más que un concepto antropológico: el entendimiento básico y único que debería imperar en cualquier sociedad.
“Esas relaciones me mantienen con los pies en la tierra, es una bendición realmente esto”, sostiene. Su interés y cercanía con personas de otras naciones influye, incluso, sobre su percepción en torno al tema migratorio, que involucra al país donde nació.
¿Cómo evalúa a Estados Unidos en ese tema?
Simplemente, se pasan; como en muchas cosas en Estados Unidos en este momento. Me preocupa mucho el entorno político del mundo. La polarización extrema. La gente viene marchando desde Centroamérica, porque no tienen suficiente comida, es peligroso, no hay esperanza para el futuro; eso tiene que cambiar, como las barreras de género, pero esta situación política tiene que cambiar más rápidamente.
¿Qué personaje es una inspiración?
Uno de los personajes de los que he adquirido cierto conocimiento es el papa Francisco, a quien conocí el año pasado, además de los 25 mentores con los que he trabajado a lo largo de mi vida, pero el pontífice argentino es una de mis mayores inspiraciones. Es interesante que en la jerarquía católica hay muchos que no lo quieren, porque en lugar de vivir de forma lujosa, lo hace en un pequeño departamento, pasa tiempo pensando en los pobres, pero él le ha dado a la religión católica y a los católicos esperanza.
Cuénteme de Tijuana.
Uno de los proyectos que en conjunto con mi esposa he desarrollado es una serie de clubes en Tijuana, donde atienden a niños y jóvenes, es un lugar en el que se sienten seguros. Actualmente son nueve espacios de ese tipo y el objetivo es llegar a 100 centros en el país.
¿Su película favorita
You’ve got mail y Sleepless in Seattle (Nora Ephron, 1998 y 1993). Mi esposa y yo amamos las películas románticas que tienen un final feliz, jamás vemos películas de horror, porque con ver las noticias en la noche ya tenemos bastante.
¿Cuál es su libro favorito?
Una historia de Dios, de Karen Armstrong, porque la mayoría de la gente tiene una creencia espiritual basada en cero información y en nunca haber estudiado el origen.