La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró el escenario económico para México, estima que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 5 por ciento en 2021, por arriba del estimado de marzo, de 4.5 por ciento; para 2022, las proyecciones pasaron de 3 a 3.2 por ciento.
De acuerdo con las “Perspectivas Económicas de la OCDE”, el crecimiento de México está respaldado por la demanda externa de Estados Unidos, gracias a la recuperación de este país que está impulsado las exportaciones; sin embargo, el consumo interno y la inversión son bajos, a lo que se suma que el covid-19 profundizó la pobreza, las desigualdades y las brechas de género, y si bien se espera que la inflación disminuya, es un factor de riesgo para el país.
Se resaltó que el número de contagios por covid-19 ha tenido una tendencia decreciente desde mediados de febrero y la vacunación contra el coronavirus empezó desde finales de 2020, pero el número de personas vacunadas es menor que en otros países de la OCDE, por lo que acelerar la campaña de vacunación es fundamental para revitalizar la recuperación.
El organismo internacional refirió que el crecimiento en México se está dando a dos velocidades distintas, pues el sector manufacturero ya está por encima de sus niveles pre pandemia, pero la el consumo interno está 6 por ciento abajo, a pesar del flujo de remesas, y la inversión 13 por ciento, esta última con una tendencia a la baja desde 2018.
Añadió que el mercado laboral ha mejorado, pero de forma muy gradual, y el subempleo se mantiene muy por encima de su nivel pre pandemia; además, las brechas de género han aumentado, debido a que las mujeres se vieron afectadas de manera desproporcionada por la crisis del covid-19.
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La OCDE destacó que las políticas monetarias y financieras están apoyando la recuperación, gracias a que el banco central reanudó su ciclo de flexibilización monetaria en febrero y redujo la tasa de interés de referencia en 325 puntos base desde febrero de 2020, y a que el sector financiero está respaldado por grandes facilidades de liquidez y crédito, pero el gasto público ha sido moderado.
Escenario en 2022
Para la segunda mitad de 2021 y en 2022, estima que haya una mayor participación de la población vacunada y una mejora gradual en el mercado laboral; además, prevé que el consumo interno se fortalecerá y se convertirá en un impulsor clave del crecimiento, al tiempo que la inversión se recuperará, en parte gracias a proyectos de infraestructura.
Riesgos
No obstante, apuntó la OCDE, la incertidumbre sigue siendo muy alta, pues en caso de un aumento significativo de infecciones por covid-19, la restauración de medidas de contención podría obstaculizar la actividad económica, y una interrupción en el lanzamiento de la vacuna harían lenta la recuperación del consumo privado.
A esto se suma la posibilidad de que la inflación sea más alta de lo anticipado, erosionando el poder adquisitivo, particularmente de hogares vulnerables; además, la volatilidad financiera en otras economías de mercados emergentes puede desencadenar
mayor aversión al riesgo global, reducir los flujos financieros netos y aumentar los costos de financiamiento de México.
Lo positivo
Del lado positivo, el organismo dirigido por José Ángel Gurría señaló que el tipo de cambio flexible está ayudando a la economía mexicana a absorber los choques externos, apoyado por las reservas internacionales, líneas swap en dólares y líneas de crédito precautorias.
Agregó que si la recuperación de los socios comerciales es más fuerte de lo previsto, las exportaciones y la creación de empleo podrían ser más sólidas, y la integración en las cadenas de suministros podría profundizarse aún más, gracias al acuerdo comercial actualizado con los Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que entró en vigor en julio de 2020.
Acciones
Para dar un mayor impulso a la economía nacional, la OCDE considera que la política fiscal podría brindar más apoyo y una prioridad es contener nuevos brotes de covid-19 y acelerar la vacunación tanto como sea posible; además, la prudencia fiscal de los últimos años y la gestión rigurosa de la deuda pública brindan a México algo de espacio para dar apoyo fiscal temporal adicional, que podría estar dirigido a las personas y empresas más afectados por la pandemia.
Asimismo, la eliminación progresiva de las exenciones fiscales regresivas podría fortalecer los ingresos en una forma inclusiva, creando un espacio fiscal adicional que permitiría al gobierno fortalecer las políticas sociales e inversión pública para facilitar la transición hacia una economía más verde y digital.
La OCDE también destacó como una prioridad, ampliar el acceso al cuidado de los niños, pues esto facilitaría la participación femenina en la fuerza laboral, y reforzar la inversión privada será clave para una recuperación más sólida, en particular mediante la reducción de las cargas regulatorias y la incertidumbre sobre la participación en algunos sectores clave.