La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advirtió que en los países que forman el organismo, el envejecimiento de la población generará presiones financieras, debido a la carga que representan las pensiones; y en México, los retiros antes de la edad de jubilación generan presión para las finanzas públicas.
De acuerdo con el documento “Pensions at a Glance”, en México las sanciones de alrededor de 1.3 por ciento por cada año de reclamo de la pensión mínima antes de la edad legal de jubilación están lejos de la neutralidad actuarial, pueden fomentar la salida anticipada del mercado laboral y crear un coste neto para las finanzas públicas.
La OCDE resaltó que la reforma de la pensión mínima se implementará gradualmente entre 2023 y 2030 y acceder a la pensión mínima antes de la edad legal de jubilación sin penalización o con una sanción limitada es inusual entre los países de la OCDE.
Pensión para adultos mayores
Refirió que en México, la pensión básica no contributiva basada en la residencia (Programa de Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores ), introducida en 2019, se paga a todos los ciudadanos elegibles a partir de los 65 años desde julio de 2021, frente a los 68 anteriores y el monto recibido aumentará gradualmente, 75 por ciento en términos reales para 2024.
Después de estos aumentos, la pensión básica rondará 25 por ciento del salario medio bruto; además, en diciembre de 2020, el gobierno aumentó sustancialmente el monto de la pensión mínima (Pensión Mínima Garantizada) y su nivel aumenta con la duración de la carrera hasta los 24 años, con el salario medio de las personas y con la edad efectiva de jubilación.
Envejecimiento
En este contexto, la OCDE manifestó que persiste la presión financiera a largo plazo derivada del envejecimiento, pues las finanzas de las pensiones se deterioraron durante la pandemia, debido a la pérdida de contribuciones, y los déficits se han cubierto principalmente con los presupuestos estatales; así, poner los sistemas de pensiones sobre una base sólida para el futuro requerirá decisiones políticas dolorosas.
Explicó que la población ha envejecido en todos los países de la OCDE, la edad promedio fue de 41 años en 2020, ocho años más que en 1990 y se espera que aumente aún más en seis años para 2050, lo que significa que la mitad de la población será menor de 47 años y la otra mitad mayor. Este rápido aumento se debe a que las personas viven más tiempo en promedio y tienen menos bebés.
Las poblaciones comenzaron a envejecer a un ritmo acelerado en la década de 1980, pero se espera que ese ritmo disminuya a partir de finales de la década de 2030. La caída de las tasas de fecundidad tiene un impacto directo en la edad media, pero se necesita una generación para afectar la relación demográfica que es más relevante para las pensiones; es decir, la relación entre la vejez y la edad de trabajar: el número de personas mayores de 65 años por cada 100 personas en edad de trabajar (20 a 64 años).
MRA