Tras más de ocho décadas de funcionamiento la panadería tampiqueña de la Flor de México ha soportado inundaciones, huracanes, incendios, devaluaciones, retiro de subsidios y ahora también hasta pandemias con la llegada del coronavirus a México.
A lo largo de su historia, esta empresa familiar ha hecho todo lo posible por seguir subsistiendo. Al contar con 100 socios hace años, ahora son 28 quienes mantienen el negocio y se han adecuado a los tiempos actuales.
Quintín González Lima, presidente del Consejo de Administración de la Sociedad Cooperativa de la Flor de México, dijo que en este lapso han enfrentado de todo, pero ahora el covid-19 es el mayor reto en su historia. Inclusive, argumentó que entre los socios disminuyeron ganancias con el objetivo de no despedir a nadie y mantener la operatividad en medio de la crisis económica que se vive actualmente, además de mantener la calidad y atención a los clientes, sobre todo, evitar el incrementos en los costos de sus mercancías.
“A través de los años hemos tenido situaciones muy difíciles, desde aquellos años en la inundación del 55 una quemazón junto a la panadería en una tienda de colchones, las devaluaciones del 94, 95 y 99”.
Declaró que invierten con recursos propios y por tal motivo, no tienen deudas con bancos o con proveedores y por ende, no pagan intereses de nada.
“Disminuimos nuestros anticipos, así le llamamos a los salarios que recibimos como socios y estamos subsistiendo, aunque hay incertidumbre que en cualquier momento nos digan que cerremos, como ha pasado en la cuestión de cafetería y restaurantes”.
Modernidad, clave de supervivencia
Con el paso de los años, la Flor de México ha entrado a la modernidad y ofrece más opciones a sus clientes, derivando en la evolución de las panaderías a cafeterías y restaurantes.
Edith González, coordinadora de Proyectos de Renovación, le apuesta por la modernidad a partir del 2019 y han implementado dos restaurantes y cafeterías, tendiendo una tercera sucursal en esta modalidad para próxima apertura en la zona centro de Tampico.
“La simple idea de querer vender café nos llevó a querer cambiar las instalaciones, adecuarlas y remodelarlas, para poner mesas, Internet, nuevos uniformes para el personal y se renovó por completo la imagen conformando una nueva Flor de México con la misma calidad de siempre”, explicó.
Se inició en el 2019 con la sucursal en carretera Tampico-Mante en modalidad de restaurante; ese mismo año se aperturó en el municipio de Altamira, en calle Hidalgo. entre boulevard Allende y calle Abasolo. Mientras tanto, en la Carranza entre Aduana y Juárez, en el primer cuadro del puerto, está todo listo para abrir a más tardar en el mes de febrero del presente año.
lpr