El Paquete Económico de 2021 será el más difícil de construir en los últimos 20 años, deberá ser realista, pero a la vez tendrá que impulsar el crecimiento económico, con ingresos que serán prácticamente iguales a los de 2020 y con un gasto enfocado en programas sociales y en los tres grandes proyectos de infraestructura del gobierno federal, con la intención de disminuir la proporción de deuda pública a Producto Interno Bruto (PIB), coincidieron analistas del mercado.
De acuerdo con los especialistas consultados por MILENIO, la base del Paquete Económico estará en el estimado de crecimiento, que debería incluir un ajuste en las proyecciones de 2020 de una caída del PIB entre 9 y 10 por ciento, con una recuperación no mayor de 4 por ciento, así como previsiones para el precio del petróleo entre 35 y 40 dólares por barril, de esto se sustentará todo lo demás.
El director general del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Héctor Villarreal, considera que la Secretaría de Hacienda debería estimar en los Criterios Generales de Política Económica que en 2020 la economía caerá entre 8 y 9 por ciento y que en 2021 la recuperación será un poco más lenta.
“Si se ponen cosas como que la economía en 2020 sólo va a caer 6 por ciento y en 2021 se va a recuperar 4 ó 5 por ciento no será cierto, por lo que el resto de la planeación y proyecciones quedarán en entredicho. Si ponen que la economía va a caer en 2020 menos de 8 por ciento, yo no se las creo”, señaló.
El socio fundador de Pondera, empresa especializada en ciencia de datos, y ex funcionario público, José Carlos Rodríguez Pueblita, indicó que la principal variable será cómo se está considerando la reducción de la actividad económica que se va a experimentar en el país. Pondera estima que habrá una caída de 11.4 por ciento y el consenso se acerca a 10 por ciento, “pero veremos si lo que presenta Hacienda es algo realista”.
“Si ellos están estimando un rebote entre 2.5 y 3.5 por ciento, a partir de una reducción de la actividad económica de 5 por ciento, es donde se pierde la factibilidad”, explicó.
La directora de análisis económico-financiero, Gabriela Siller, considera que los Criterios Generales de Política Económica de 2021 deberán contener, debido a la caída de 2020 por la crisis derivada de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad covid-19, un efecto rebote hasta de 3 por ciento, “sería prudente no contemplar un crecimiento del PIB más allá de eso”.
José Carlos Rodríguez Pueblita destacó que el segundo dato importante será el estimado de plataforma de producción y precio del petróleo, y dada la reducción en la capacidad de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la caída en el precio en el primer trimestre, “no pensamos que vaya a ser algo arriba de 40 dólares por barril porque sería algo fuera de cualquier parámetro factible”.
El analista Ramsés Pech estima que el precio del petróleo estimado por la Secretaría de Hacienda estará en un mínimo de 35 y un máximo de 38 dólares por barril.
Es de recordar que en el informe de las finanzas públicas al primer semestre de 2020, la estimación puntual del PIB contempló para 2020 una caída de 7.4 por ciento, la cual tuvo un ajuste con respecto al crecimiento de 2 por ciento contemplado en el Paquete Económico de 2020.
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Ingresos prácticamente sin movimientos
Con base en este escenario, el socio fundador de Pondera indicó que por el lado de los ingresos, no pueden ser en términos reales mayores a lo que se haya observado este año, debido a la caída en la actividad económica, por la pérdida de fuentes de empleo y el cierre de empresas, pues la recaudación extraordinaria que se ha hecho por cobro de impuestos a grandes empresas será un efecto que sucederá una sola vez, no se espera que el próximo año continúe.
Además, apuntó, “hay que considerar que el gobierno federal ha dicho que no habrá aumento de impuestos”.
El director general del CIEP estima que los ingresos públicos de 2021 solamente tendrán una actualización por la inflación con respecto a la Ley de Ingresos de 2020, que consideró ingresos totales por 6.1 billones de pesos.
Explicó que es difícil estimar el monto exacto porque al primer semestre del año, la dinámica de los ingresos tributarios no va mal, gracias al combate que las autoridades fiscales han hecho en contra de las empresas factureras y que se espera se refuerce en 2021, por lo que el combate a la evasión mantendrá a flote la recaudación tributaria; sin embargo, la caída fuerte va a estar en los ingresos petroleros.
En este sentido, Ramsés Pech estima que los ingresos petroleros serán iguales a los de 2020 porque la plataforma de producción se va a contraer, en función de que ya no se va a cumplir el plan nacional de desarrollo que se tenía estimado y por el tipo de cambio. “En 2020, los ingresos petroleros deberían de representar entre 9 y 12 por ciento de los ingresos totales y podría ser esa misma tendencia para 2021”, señaló.
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Gasto público enfocado en programas sociales, sin inversión en infraestructura
La directora de análisis económico-financiero de Banco Base prevé que el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2021 apuntará a la austeridad, a darle dinero a los grandes proyectos de infraestructura (Santa Lucía, Tren Maya y refinería de Dos Bocas) y en apoyo a los más vulnerables mediante gasto social.
“Va a ser pan con lo mismo, en un año en el que se tendría que hacer un esfuerzo para que se dé una rápida recuperación económica, tras la caída que se espera este año, cercana a 10 por ciento del PIB, y que es la más grande desde la Gran Depresión”, dijo.
José Carlos Rodríguez Pueblita estima que en el gasto público habrá un aumento en términos reales, principalmente por el gasto corriente, pero que seguirá privilegiando el gasto social y los proyectos de infraestructura, aunque habría que ver en qué nivel de madurez se encuentran esos proyectos para ver en qué medida se puede ejecutar el gasto.
Ramsés Pech estima que el gasto será entre 5 y 15 por ciento más de lo que se cierre este año y se le apostará más al gasto social en vez de orientarlo al desarrollo económico, a costa de la inversión, “si se mantiene el mismo nivel del gasto social querrá decir que el gobierno no le está apostando al desarrollo económico”.
Añadió que el problema del gasto destinado a programas sociales es que no se sabe en qué lo está gastando la gente, si es para consumo y con eso estimular el crecimiento económico o para pagar deudas, “si es así, ese dinero se queda estancado”.
Pedro López Elías, asesor de entidades estatales y municipales en la Gestión de Créditos y Recursos Públicos, manifestó que en el Presupuesto de Egresos, la administración tiene que hacer un replanteamiento de los programas prioritarios y debería contener un plan de emergencia económica que agrupe a los tres sectores de la economía (público, privado y social), así como un acuerdo para que ya no haya más desempleados y que haya un seguro de desempleo.
Para el director general del CIEP, el gobierno federal se va a topar con una decisión difícil, o apoya a Pemex, o mantiene programas sociales o se endeuda, “alguna tendrá que sacrificar”. Expresó su preocupación porque “tristemente” el gasto en inversión será muy poco, enfocada solamente Santa Lucía, el Tren Maya y la refinería de Dos Bocas, cuyos recursos son bajos para lo que el país necesita.
En 2021 habrá déficit primario
En este contexto, los analistas esperan que en 2021 haya un déficit primario (diferencia entre ingresos y egresos sin considerar el pago por el servicio de la deuda) y que la deuda pública con respecto al PIB sea menor a la de 2020, en un esfuerzo del gobierno federal por reducirla.
El socio fundador de Pondera prevé que el déficit primario no será menor a 0.5 puntos porcentuales del PIB o hasta un punto, para ser realistas, “si no, me preocuparía, porque pensaría que no va a haber un crecimiento del gasto como se estuviera pensando o como se necesitaría para obtener el rebote de la actividad económica, la única forma en la que la actividad económica puede rebotar como quisiéramos es que haya gasto importante del sector público”.
Héctor Villarreal coincidió en que habrá un déficit primario, pero dijo que si es de una o dos décimas del PIB, nadie lo cuestionaría por la caída en la economía, pero uno de 1 por ciento sí sería preocupante.
Así, la deuda pública, abundó, cerrará 2020 en 53 ó 54 por ciento del PIB y en 2021 “van a tratar de bajarla a 50 por ciento, pero es muy probable que no ocurra”, aseguró.
Rodríguez Pueblita añadió que si bien no se contrató más deuda, el PIB cayó y eso es importante porque la deuda se mide en relación con la capacidad de repago e ingreso; es decir, en la posible riqueza, además de que habrá un impacto por la depreciación del peso en el primer semestre de 2020.
MRA