Una mujer que no titubea en ejercer su derecho a la palabra ni al responder preguntas de todo tipo. Patricia Armendáriz es una empresaria que sin haberlo previsto y pese a que no deseaba trabajar en el sector de finanzas fungió un papel clave en el desarrollo del capítulo financiero del TLC en los 90 y encabezó la intervención de bancos en México como vicepresidenta de la entonces Comisión Nacional Bancaria (CNB), hoy la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).
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En entrevista con MILENIO, la fundadora y directora de Financiera Sustentable, así como la única mujer empresaria en el reality show Shark Tank México, Patricia se define como una persona de disciplina y esfuerzo, valores que lleva hasta sus momentos de recreación.
¿Qué haces en tu tiempo libre?
Mis nietos son mi fuente de sonrisas e inspiración más importante. Acariciar a mis nietos es ver sus ojitos totalmente limpios. Me llena. Me fascina cocinar y me gusta estar con mis hermanos. Adoro estar con los pocos amigos que tengo y me encantaba correr, ahorita estoy un poco enferma de la espalda y quiero volver a sentir ese empoderamiento y salir a la calle y correr, porque emula mi vida. Es el esfuerzo, el sudor, la disciplina.
¿Qué significa en tu vida Pedro Aspe, quien fue secretario de Hacienda con Carlos Salinas?
Estoy escribiendo un libro y una de las cuestiones a las que le doy mayor importancia es a la mentoría. Es sin duda para mí el mentor por excelencia que he tenido en mi vida, después de mi papá. Me reclutó en Nueva York terminando mi doctorado, vio en mí alguna cualidad que creyó que podía ayudar a maximizar en mi potencial. Cuando me invitó a trabajar me dijo que quería que me especializara en servicios financieros; fue un año muy chistoso, porque estaba encerrada en una ratonera escribiendo y un día me llaman para que fuera a Palacio Nacional, fue cuando me presentaron como especialista en servicios financieros previo al TLC. Yo toco base con Pedro por lo menos cuatro veces al año para decirle cómo voy, qué estoy haciendo, me da consejos. Ha sido un mentor especial en mi vida.
¿Quiénes fueron tus mentores?
Mi papá fue mi primer mentor. Lo de mi papá era un “qué espero de ti, qué dirección te doy” y no era un rollo de cariño y apapacho. Era exigir y eso fue lo mismo que hizo Pedro (Aspe). Otro mentor fue don Roberto González, ex presidente del Consejo de Administración de Gruma y ex presidente vitalicio del Grupo Financiero Banorte. Cuando regresé de Basilea, Suiza, le dije que quería trabajar con él, él simplemente sonrió. Me dijo que le ayudara a dirigir su banco; me entrenó en toda la banca comercial que yo no conocía. Fue impresionantemente exigente y al final me dijo que no creía que sirviera para dirigir un banco ni para ser banquera. Regresé a Banorte como consejera.
¿Momento difícil de tu vida?
De los retos más difíciles fue la crisis bancaria, no teníamos reglas ni leyes, teníamos que estar midiendo con termómetro todos los días al sector bancario. Sabíamos que iba a salir muy cara la crisis, por lo menos 8 por ciento del PIB. Pero hubo dos momentos muy duros en mi vida: fue cuando me tuve que ir de México, porque me divorcié, me fui con mis dos hijas a un lugar desconocido. Otro fue mi primer fracaso, mi primera empresa, CrediPyme, me tuve que separar de mi socio, había mucho enojo, despojo y ha sido posiblemente de las veces que me he sentido más asustada.
¿Tus hijas se han interesado por el sector financiero?
Son mi mano derecha y mi mano izquierda. María es muy buena negociadora, tiene mucho ímpetu de negocios, cosas que yo no sé hacer, se ha vuelto indispensable en la empresa. Juliana, que es creativa y se va desarrollar más en el sector de imagen y moda, tiene todo el sentido común, tiene muchísimo más corazón, e intuición. Nunca creí que estuviera actuando con tanta pasión y encontrara un lugar para desarrollarse en mi empresa.
¿Qué tan real es la mujer rígida que vemos en Shark Tank México?
Rígida y estricta soy. La energía no miente. Tú sacas tu verdadera personalidad en todos lados, máxime si estás interactuando todo el tiempo. No puedes fingir. Soy una mujer segura, aprovechándome de la caballerosidad de los hombres, que defiende la palabra de la mujer, no me gusta que me interrumpan, que no tomen en cuenta mi opinión y como me he desarrollado entre hombres toda mi vida en el sector financiero, lo puedo hacer con seguridad. Mi formación financiera me ha dado mucha solidez en lo que digo, en las evaluaciones que hago, en lo que les exijo a los emprendedores, pero sobre todo me ha abierto la oportunidad de tener una nueva ambición.
¿Qué te ha dejado el programa?
Shark Tank México es un taller de creación de emprendedores que como utiliza los medios masivos, enseña e inspira y multiplica por miles lo que está haciendo con cada emprendedor. La misión me ha dejado muy retada y empoderada. La primera vez que estuve ahí fue porque me decían que no había mujeres que querían tomar mi lugar. Hice un hub de inversionistas en mi empresa para invertir ahí, no es totalmente mi dinero, son inversionistas detrás de mí y a la hora que empiezan a ser guía, magnificas tu legado, esa es la parte con la que más me he comprometido. Me he metido a las pláticas que me invitan con las universidades; los chavos son esponjas que están tomando notas de todo lo que les dices, mi experiencia la multiplico, esa es la posibilidad de apalancar mis enseñanzas para lo demás.
¿Tienes algún shark favorito?
No tengo, pero afinidades sí hay. Soy muy afín a Carlos Bremer, por el tipo de trabajos que hacemos. Rodrigo me inspira con su disciplina, es una persona rígida con su salud, con lo que quiere hacer y sus principios; Arturo es el de la ética en el negocio y con una vocación hacia los chavos; Marcus Dantus es una persona especializada, es el único especializado en incubar emprendimientos de nosotros, dulce y elegante; Luis Harvey tiene un juicio impecable; Emmanuel me inspira por su humanidad y su especialización en proyectos artísticos.