Siempre con una sonrisa franca, Carla Suárez lidera en México al Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne), asociación que surgió en 1985 y que tiene en su figura a la primera mujer al frente del sector.
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Durante 2020, Suárez fue incluida en el listado de las 100 mujeres más poderosas de México de la revista Forbes, y no es para menos, pues la industria a la que representa produce alrededor de un millón de toneladas de carne al año, con un valor de 41 mil 500 millones de pesos, es decir, 23 por ciento del sector alimentario.
Suárez es la cara de las empresas que se dedican a las actividades relacionadas con establecimientos de sacrificio, obradores de corte y deshuese, empacadoras de carne fresca y procesada.
La tamaulipeca se sincera y dice que abrirse paso en un negocio tradicionalmente liderado por hombres fue un reto importante en su carrera.
¿Cómo es que aterrizas en el sector cárnico?
Matamoros (Tamaulipas) es una ciudad muy chica y a mí me gustaba todo lo relacionado con el campo y la biología; Monterrey era la urbe más cercana con el mayor acceso a escuelas de educación superior, por lo que estudié Químico Bacteriólogo Parasitólogo en la Universidad de Nuevo León.
“Luego de ello, empecé en mis vacaciones del último semestre como practicante en Qualtia Alimentos, donde después se abrió una vacante como analista de laboratorios y me contrataron hace 27 años. Tres años después de mi ingreso apliqué para una beca en Alemania, me la otorgaron y a mi regreso la empresa respetó mi antigüedad. Hice una maestría en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa y fue otro momento en el que me cayó el 20 de que éramos muy pocas mujeres, porque yo era la única en la maestría de 73 personas”.
¿Cómo fue el tema de equidad de género en tu vida?
Soy una mujer afortunada. Mis papás nunca diferenciaron los roles de género en la familia. Mi papá es agricultor, mi mamá maestra, y siempre compartieron las responsabilidades. Eso fue un avance para darme mucha seguridad y poderme desenvolver en una industria con más participación de hombres.
“Los compañeros de trabajo y de la industria me han dado esta oportunidad de trabajar; estoy segura que muchas mujeres no han tenido esa suerte, pero eso ha permitido mi llegada y mi permanencia por este cuarto año en la presidencia del consejo”.
¿De qué forma estás involucrando dicho tema en la agenda del organismo?
Actualmente somos tres mujeres en el consejo, que es como 20 por ciento de éste. Sí ha sido marcada esta diferencia. Es un tema de cultura machista, en donde eres la única mujer y toca recibir chistes y comentarios misóginos. Aunque creo que en mi caso la clave fue no tomarme nada personal.
“Con las nuevas generaciones he notado una diferencia, todo esto no se tolera, lo comentan y los compañeros empiezan a cambiar las costumbres que anteriormente resultaban graciosas para una generación, y eso me da mucho gusto. Algo que me ayudó fue el tema de las oportunidades; haberme ido a otro país fue útil para conocer cómo se desarrollaba el sector en otros lados, en Alemania esto no es un tema”.
¿Cuáles han sido tus principales retos frente a Comecarne?
Hace tres años que tomé la presidencia marcamos tres objetivos principales: posicionar la proteína cárnica a pesar de los embates de las nuevas tendencias; incrementar los insumos nacionales, y una mayor vinculación con las universidades. Todavía faltan muchas cosas por hacer, pero nos sentimos satisfechos del camino que hemos llevado.
“El gran reto es incluir el tema de sustentabilidad con todas las empresas socias. Yo creo que este será mi último año, con el compromiso de que el resto del equipo directivo tenga las bases de todo el trabajo hay una garantía de trabajo”.
¿Te gusta leer?
Leo un libro a la semana. En el avión siempre traigo uno y en casa tengo un espacio de lectura. Los domingos después de almorzar con mi esposo, me siento cerca de una ventana para hacer esta actividad. Actualmente estoy leyendo Sánate a ti mismo. La novela es mi género favorito; acabo de leer El retrato de Dorian Gray. Y me gusta mucho la literatura latinoamericana: Cortázar, García Márquez, Isabel Allende, Carlos Fuentes, entre muchos otros.
¿Algún otro pasatiempo?
Me gusta mucho el cine. De música disfruto el rock y la trova; desde que nos casamos, mi esposo y yo tratamos de salir todos los viernes al menos dos horas para escuchar trova. Me gusta mucho Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina y Serrat. De hecho, no me he perdido un concierto de Serrat y Sabina en mi vida.