El presidente del Consejo Mexicano de Energía (Comener), Juan Acra, señaló que el Acuerdo Nacional de Infraestructura es la última llamada para afianzar la certeza del gobierno con el sector privado y por ello, dijo, “confiamos en que el gobierno aprovechará la disposición de la iniciativa privada de hacer realidad el sentido social de los energéticos y habilitar un mayor diálogo para trabajar juntos con el fin de acceder a la soberanía energética”.
Añadió que se requiere cuando menos la definición de alcances específicos por sector; certeza de que si la regulación va a cambiar, será para mejorarse y no para poner en entredicho la viabilidad de proyectos energéticos, así como ofrecer cancha pareja para que el gobierno esté en posibilidades de detonar emprendimientos, empleo e innovación en todo el país.
“Si los sectores público, privado y social trabajan en conjunto, todos ganamos porque superaremos las condiciones que nos alejan de la energía de calidad, de lo contrario, si uno de esos sectores intenta acaparar las decisiones generando desequilibrios o capacidades menores a la suma de las partes, perderá México en su totalidad y sobre todo los consumidores”.
Permisos atorados
De acuerdo con el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Francisco Cervantes, existen 51 empresas que tienen atorados diferentes tipos de permiso y que representan pérdidas millonarias porque hay proyectos detenidos.
Dijo que incluso hay una cervecera grande que tiene parado un proyecto porque no se le han otorgado los permisos; aunque los detalles se darán a conocer mañana, adelantó que de estas 51 empresas 40 están relacionadas con el sector energético y las trabas que sufren es a todos los niveles.
Efectos del acuerdo
A pesar que el acuerdo de infraestructura que se anunció el pasado 26 de noviembre contempla inversiones mayores a 859 mil millones de pesos, el efecto positivo en el país y la economía se sentirá hasta el primer semestre de 2020, afirmó Eduardo Ramírez Leal.
En entrevista con MILENIO, el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción indicó que esto se debe al tiempo que lleva realizar la planeación, contratación de personal, compra de material, renta de equipo y comenzar los trabajos de los proyectos.
Ramírez Leal comentó que, de acuerdo con información oficial, a octubre pasado el avance de inversión física —aquella dedicada a obras— solo tenía un avance “pobre” de 32 por ciento.
El líder empresarial señaló que de los 400 mil millones de pesos proyectados para este año en infraestructura, solo se han inyectado en la economía cerca de 140 mil millones.