El seguro es una herramienta financiera que puede ser la diferencia entre perderlo todo en una eventualidad o seguir con una vida normal. Los primeros en darse cuenta de su importancia fueron los mercaderes del año 300 a. de C, quienes idearon un esquema denominado “Préstamo a la gruesa”, que a grandes rasgos consistía en que una persona (asegurador). a cambio de una cuota, se comprometía a reponer la mercancía de otra (asegurado) en caso de que se perdiera.
En ese entonces, era más visto como una apuesta, dado que ninguno sabía quién iba a ganar o perder. Sin embargo, con el paso de los años ha evolucionado, y ante el aumento de desastres naturales como huracanes, sismos e inundaciones, se ha convertido en una protección familiar ante posibles pérdidas económicas; que no obstante, en México no es muy popular.
Según estimaciones de la reaseguradora Swiss Re, durante 2017 las pérdidas globales a consecuencia de catástrofes naturales ascendieron a 306 mil millones de dólares, de los cuales 136 mil millones fueron pagados por aseguradoras, lo que habla de que aún hay un reto importante en materia de fomentar la cultura de la protección.
De acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), 41% del territorio nacional y 31% de la población están expuestos a huracanes, tormentas, terremotos y erupciones volcánicas, ello significa que 30% del Producto Interno Bruto (PIB) es vulnerable a tres o más riesgos y 71% a dos fenómenos de la naturaleza.
En entrevista, Mario Di Costanzo, presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), explicó que en México hay buena oferta de seguros contra desastres naturales, no obstante, no son muy populares entre las familias y empresas.
“Lo que sucede es que muchas veces son seguros asociados a un crédito hipotecario, es decir, las personas que se aseguran por su cuenta contra un evento natural, como huracán, inundación, terremoto o temblor, son muy pocas”, señaló.
Datos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), indican que en el país solo 27 por ciento de los hogares están asegurados contra daños catastróficos, hidrometeorológicos o inundación, además de que únicamente 7 por ciento tiene la protección sin estar obligado por una hipoteca.
Asimismo, 15 por ciento de las pequeñas y medianas empresas cuenta con un seguro contra desastres naturales y solo 5 por ciento de los micronegocios está protegido.
Según la aseguradora Mapfre, Ciudad de México concentra el mayor número de pólizas contratadas para la protección del hogar ante desastres naturales, seguida de Jalisco, Estado de México, Nuevo León y Baja California.
Históricamente, la baja penetración del seguro en México está relacionada con los mitos del sector, como lo complicado que es cobrar una póliza.
Al respecto, Di Constanzo señaló que la mayor parte de las quejas relacionadas con protección ante huracanes se dan en las costas del país; sin embargo, son mínimas, toda vez que aunque es una zona de alto riesgo, la contratación de este servicio aún es muy bajo.
Destacó que algunos problemas que presentan dichas reclamaciones se dan por el desconocimiento, donde las aseguradoras tienen una gran responsabilidad.
“No es cierto que las reclamaciones sean porque el usuario no está informado, es porque la aseguradora no le informó al usuario”, consideró.
Según datos de la Condusef, durante el primer trimestre de 2018 las reclamaciones al sector asegurador llegaron a 11 mil 744, un incremento anual de 15 por ciento.
Para Manuel Gallardo, director general de Gallbo, empresa mexicana especializada en la reclamación de seguros, es importante contar con una protección ante fenómenos naturales o hidrometeorológicos, dado que permite amparar los daños que causan inundaciones, lluvias, granizadas, heladas, nevadas o huracanes.
No obstante, añadió, este tipo de coberturas debe estar apoyado por un agente de seguros especializado en el ramo de daños y con experiencia para asesorar de la mejor manera al cliente.
Gallardo recordó que la temporada de huracanes empieza en mayo y termina en noviembre, época en que las costas del Golfo y Pacífico se ven afectadas.
Datos de la Comisión Nacional del Agua y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales indican que durante la temporada de ciclones 2018, el territorio nacional espera la llegada de 32 sistemas, cuatro por arriba del promedio histórico que se ha rebasado en los últimos años; del total, nueve se espera que sean entre categoría 3 y 5.
A pesar de que este tipo de fenómenos se llegan a saber de manera anticipada, las personas o empresas siguen cometiendo algunos errores al contratar este tipo de coberturas porque no identifican con exactitud los bienes que van a cubrir y los convenios expresos que necesitan.
Gallardo destacó que los fenómenos hidrometeorológicos no solo afectan a las zonas turísticas, por lo que lugares como Ciudad de México o Monterrey también son impactados, por ejemplo, los techos de naves industriales, bodegas, instalaciones comerciales y algunas plazas comerciales que son vulnerables a granizadas.
Por su parte, Gerardo Acosta, director de Ventas de Seguros de Citibanamex, comentó que un fenómeno hidrometeorológico llega a tener componentes que representan un nivel de impacto, incluso mayor; por ejemplo: una descarga eléctrica que afecta aparatos o el impacto del granizo que llega a romper las ventanas de un hogar.
“Los daños por ese tipo de cosas pueden ir de 5 a 20 mil pesos, gasto que se pudo haber cubierto al pasar el riesgo a un tercero, en este caso las aseguradoras, que es lo que buscan al ofrecer el seguro de hogar, cuyo efecto se puede multiplicar y ampliar a la casa o bienes, incluso ampara un seguro a un vecino, si el árbol de tu casa le cayó”, detalló.
En el caso de Citibanamex, la firma oferta tres productos: Hogar Banamex —para vivienda—, Negocio protegido —para la empresa— y Hogar Más Citibanamex —con menos coberturas, pero más económico—.
Para los tres productos la recomendación general es tener el inventario de todos los muebles o de las propiedades dentro del hogar, tener las facturas y conocer a fondo la póliza, misma que debe estar actualizada y revisar que no tenga ninguna exclusión.
Acosta recordó que durante 2017 se vivieron fenómenos meteorológicos no vistos antes en la historia que, si bien impulsaron la oferta de seguros, una vez pasados los tragos amargos, la población en general olvidó lo importante que es prevenir.
“Tuvimos un incremento muy fuerte de 50 por ciento de la venta del producto de Hogar; sin embargo, en el acumulado quedó en 10 por ciento. En esta primera parte del año se nos olvidó a los mexicanos el efecto de los daños que puede causar un evento natural cómo puede ser un sismo o una tormenta, y regresamos a los niveles promedio del año pasado”, finalizó.
Respecto a los sismos de septiembre del año pasado, la Condusef señaló que al 19 de julio realizó 921 acciones de atención, de las cuales 725 le fueron turnadas a AMIS, que no ha entregado una respuesta en 170.
Indicó que de los sismos derivaron 71 mil siniestros, con pérdidas aseguradas por 29 mil 800 millones de pesos; al 30 de abril se han pagado alrededor de 66 por ciento de los reclamos.
Durante 2017 diversos fenómenos naturales dejaron en todo el mundo pérdidas por más de 300 mil millones de dólares.
Los sismos del año pasado en México provocaron una serie de afectaciones que ascendieron a casi 30 mil millones de pesos.
-En México la mayoría de las personas que tiene un seguro para fenómenos naturales es debido a que su hipoteca lo incluye.
-Solo 15 por ciento de las Pyme cuenta con una póliza de este tipo; en microempresas, solo 5 por ciento.
-La falta de información y los mitos en torno a la industria es lo que limita el crecimiento.