La pelea contra el maíz transgénico y el uso de glifosato en México entró en pausa tras el fallo por el cual se resolvió dejar sin efectos las restricciones establecidas para la importación de dicho producto. Y aunque Claudia Sheinbaum dejó ver que su decreto en dicha materia podría ser una alternativa ante la problemática, subrayó la importancia de abundar en sus planteamientos con más expertos a fin de “tener certeza de que se está enviando adecuadamente y sea constitucional”.
En tanto la Comisión de Puntos Constitucionales de Diputados aplazó la discusión de la propuesta presidencial para citar a comparecer al secretario de Agricultura; de Energía; de Ciencia y Tecnología, e incluso a la de Energía “para revisar bien la iniciativa”, según declaró Ricardo Monreal.
¿Pero por qué se interrumpió el proceso? Aquí te explicamos.
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Las partes inconformes
Todo se remonta a finales del 2020. Greenpeace y la Campaña Nacional “Sin Maíz No Hay País” celebraron la disposición del Gobierno Federal para prohibir el maíz transgénico y el uso de glifosato en México, la cual se aterrizó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 31 de diciembre.
A grandes rasgos, el decreto presidencial— del entonces Jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador— instruía a reemplazar gradualmente el uso de la sustancia química herbicida (el glifosato), a fin de sustituirla por completo antes del 31 de enero del 2024. Sin embargo, la medida causó molestia en las grandes transnacionales y organizaciones de la agroindustria que, incluso, acusaron al decreto de violar el Tratado entre México, Estados Unidos (EU) y Canadá (T-MEC) y de carecer de sustento científicos.
Pero la postura del entonces presidente era firme: no permitiría la importación del maíz transgénico, proveniente principalmente de EU, al menos para el consumo humano. En tanto para el forraje se flexibilizó a extender la fecha dos años más, toda vez que se realizaran estudios conjuntos— entre la Cofepris y autoridades de salud estadounidenses— para demostrar que no es un riesgo para el consumo animal.
“Estamos buscando la forma de que ellos entiendan que una cosa es lo mercantil (...) y otra cosa es la salud. Y que si se tiene que decidir entre la salud y el mercantilismo, nosotros optamos por la salud”, enfatizó en su conferencia en noviembre del 2022.
Pese a la apertura del ejecutivo, el Departamento de Agricultura estadounidense dejó en claro que recurriría a los mecanismos del T-MEC si no se llegaba a una negociación. Ante ello, López Obrador declaró: “Que se acuda a un tribunal y que decidan. Pero nosotros no podemos ceder en esa solicitud”.
Fue así que el 30 de enero de 2023, EU envió una solicitud formal a México— en virtud del T-MEC— para explicar las razones e información relevante pertinente sobre ciertas medidas mexicanas relacionadas con la biotecnología agrícola. Según la nación de las barras y las estrellas, la respuesta llegó el 14 de febrero del mismo año; un día después de la publicación del segundo decreto en materia de glifosato y maíz genéticamente modificado.
La parte mexicana argumentó que dicho documento fue preparado con base en los comentarios de las autoridades estadounidenses respecto al Decreto del 2020, pero EU rechazó la posición y acusó no tener oportunidad de comentar sobre el nuevo Decreto del 2023.
“Con esta nueva versión se brinda claridad en sus objetivos y certeza regulatoria con base en evidencia técnico-científica”, aseguró la Secretaría de Economía en un comunicado oficial. Sin embargo, no se logró un consenso y el problema escaló.
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El panel del T-MEC
El 17 de agosto del 2023, el gobierno del aún presidente Joe Biden solicitó el establecimiento de un panel para decidir si México violaba el T-MEC al prohibir la importación de maíz transgénico. Para ello cada parte tendría un panel compuesto por tres miembros, mientras que Canadá actuaría como Tercera Parte del procedimiento.
Para entonces se esperaba llegar a una resolución en marzo del 2024. Sin embargo, la audiencia tuvo lugar los días 26 y 27 de junio; el 28 de junio el Panel emitió preguntas escritas a México y EU; el 30 de septiembre se emitió el Informe Preliminar, y finalmente el 20 de diciembre el Panel del T-MEC decidió que algunos puntos de los artículos 2 (del acceso a mercados) y 9 (de las medidas sanitarias y fitosanitarias) del Decreto del 2023 no podía aplicarse “al no estar basado en una evaluación de riesgo adecuada, evidencia científica y en normas internacionales relevantes”.
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En su mayoría del noveno artículo se alegó una falta de consideración de recomendaciones internacionales, evaluaciones de riesgo o principios científicos. En tanto se consideró que el segundo era incompatible porque “adoptó o mantuvo una prohibición o restricción a la importación de un bien de otra parte”.
Así fue que México perdió el panel del maíz y, consecuentemente, el 5 de febrero del 2025 la Secretaría de Economía dejó sin efectos los artículos sexto, fracción II; séptimo y octavo del Decreto del 2023. Pese a respetar la determinación, ni esa dependencia ni la de Agricultura estuvieron de acuerdo con el fallo de la disputa comercial.
¿Qué estipulaban esos artículos?
- Artículo Sexto, fracción II: Las autoridades (...) revocarán y se abstendrán de otorgar autorizaciones para el uso de grano de maíz genéticamente modificado para alimentación humana.
- Artículo Séptimo: Las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal realizarán las acciones conducentes a efecto de llevar a cabo la sustitución gradual del maíz genéticamente modificado para alimentación animal y de uso industrial para alimentación humana.
- Artículo Octavo: La implementación de alternativas para la sustitución gradual en el país de maíz genéticamente modificado para alimentación animal y de uso industrial para alimentación humana se deberá realizar con base en criterios de suficiencia en el abasto, en congruencia con las políticas de autosuficiencia alimentaria del país, de conformidad con principios científicos y normas, directrices o recomendaciones internacionales relevantes. Se realizarán los estudios científicos conducentes, para lo cual la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios integrará un protocolo de investigación conjunta a efecto de que, bajo su coordinación, se realice por parte de dicha entidad y las instancias equivalentes de otros países un estudio sobre el consumo del maíz genéticamente modificado y los posibles daños a la salud.
El decreto de Claudia Sheinbaum
El 23 de enero del 2025 Claudia Sheinbaum envió a la Cámara de Diputados una iniciativa de reformas para declarar el maíz como elemento de identidad nacional y garantizar su cultivo “libre de transgénicos” en el territorio nacional.
De acuerdo a la gaceta parlamentaria de aquella jornada, el proyecto propone reformar los artículos cuarto y 27 de la Constitución: en el primer caso se habla de declarar al maíz como “un elemento de identidad nacional cuyo cultivo debe ser libre de transgénicos, priorizando su manejo agroecológico”.
Para la otra cláusula se adicionaría en su apartado XX que “el Estado (...) fomentará la actividad agropecuaria y forestal para el óptimo uso de la tierra libre de cultivos y semillas para siembra de maíz transgénicos”.
ASG