La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) expresó su preocupación sobre la reciente expropiación por parte del gobierno federal de la Planta Productora de Hidrógeno U-3400, ubicada en Tula de Allende, Hidalgo, que hasta hace unos días era operada por la empresa francesa Air Liquide.
En un comunicado, la confederación refirió que esta acción está lejos de considerarse un acto de soberanía y se convierte en un mensaje arbitrario que atenta contra la seguridad jurídica del país.
El pasado 29 de diciembre el gobierno federal a través de la Secretaría de Energía expidió un decreto mediante el cual declara de utilidad pública la conservación y prestación del servicio de suministro de hidrógeno, su uso, aprovechamiento, operación y explotación y demás mejoras de la Planta Productora de Hidrógeno U-3400 de la Refinería de Tula a favor de Pemex Transformación Industrial.
En el mismo acto jurídico, ordenó la ocupación temporal inmediata a favor de Pemex Transformación Industrial como empresa productiva del Estado subsidiaria de Pemex.
“Consideramos que México no puede darse el lujo de ahuyentar inversiones ni de mostrarse ante el mundo como un país con un frágil estado de derecho. Tenemos todo para que en este 2024 se establezcan las bases para ser el país que mejor aproveche el nearshoring creando más y mejores empleos”, subrayó la Coparmex.
La planta U-3400 era operada desde hace 20 años por Air Liquide y tenía la tarea de suministrar hidrógeno a la instalación petrolera de Tula, lo que según Coparmex permitía a Pemex reducir costos.
La Coparmex añadió que “México no tiene experiencias positivas con la estatización de actividades económicas ya que han generado profundos costos económicos por ineficiencias y por malas gestiones de empresas públicas. De igual manera, han generado un negativo impacto social afectando, en última instancia a las familias al tener que pagar sobrecostos, recibir malos servicios o asumir el pago de deuda mediante impuestos”.
Por último, el organismo empresarial comentó que esta acción es una mala señal para el mundo, ya que deja expuestas las ineficiencias de la empresa productora del Estado, debido a que actualmente es la petrolera más endeudada del mundo, con un pasivo aproximado de 106 mil millones de dólares.
“En Coparmex consideramos que el gobierno federal está desarrollando una estrategia de reestatización de ciertas actividades de la economía, cuya manifestación más preocupante es la apuesta por militarizar tareas como ocurrió recientemente con la compra, gestión y distribución de medicamentos y la operación de una línea aérea”, manifestó la confederación.
MRA