El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) se sumó a los organismos empresariales, bancos y calificadoras en la preocupación por el déficit planteado en el Paquete Económico 2024, pues contempla niveles de 4.9 por ciento para el siguiente año, el máximo desde 1990.
Este déficit también resulta sorprendente en un contexto en el que la misma Secretaría de Hacienda y Crédito Publico (SHCP) estima que la economía mexicana crecerá por encima de su potencial de 2.6 por ciento.
“Por tal razón, el IMEF advierte que dicho déficit representará un fuerte deterioro de las finanzas públicas y puede llevar a una degradación de la calificación crediticia, además de complicar el trabajo del Banco de México para abatir los altos niveles de inflación que actualmente presenta la economía nacional”, declaró el organismo.
El IMEF explicó que este elevado déficit conlleva diversas consecuencias que, si bien no serán inmediatas, sí impactarán negativamente en las finanzas públicas de los siguientes años, traduciéndose en un crecimiento económico más débil que el actual.
Además se envía una señal negativa a los inversionistas nacionales y extranjeros al elevar el riesgo del entorno macroeconómico de México para los próximos años, por lo que hizo un llamado a los legisladores para que se contemple este indicador dentro de la discusión y aprobación del presupuesto para 2024.
“Por todo ello, el IMEF hace votos para que la discusión del Paquete Económico 2024 en el Congreso de la Unión derive en un análisis serio y cuidadoso que cumpla con el marco jurídico establecido y de esta forma se eviten mayores dificultades para el país en el futuro inmediato”, aseguró.
Instituciones como BBVA, Moody’s, La Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), Citibanamex, Monex, entre otras instituciones, se han pronunciado ante el mayor déficit presupuestal en que incurrirá el Gobierno federal para financiar un gasto de más de 9 billones de pesos en 2024, el cual implicará un aumento en la deuda y su costo financiero.
A decir de BBVA, este nivel de déficit fiscal conlleva una política fiscal procíclica que va en detrimento de la trayectoria de la deuda pública como porcentaje del PIB. Pero una contracíclica promoverá una mayor estabilidad en el cociente de deuda pública al PIB y puede dar mayor margen de maniobra en el futuro en caso de una recesión o una caída significativa en los precios del petróleo.
“Ante la fragilidad prevista para las finanzas públicas en los próximos años, será necesario que el siguiente gobierno federal diseñe e implemente una reforma fiscal que aumente los ingresos tributarios”, advirtió la institución financiera en un análisis.
PNMO