Los altos precios del crudo devolvieron a los ingresos petroleros la importancia como fuente de recursos públicos; sin embargo, preocupa que no son ahorrados para contingencias futuras, dijo el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En su análisis semanal, afirman que la volatilidad de esta fuente de recursos en un escenario internacional tan complicado y que se usen para mantener el precio de las gasolinas genera inquietud sobre las finanzas públicas.
Este capital representó 8.5 por ciento de los ingresos públicos totales de enero a mayo de 2020, para 2021 fue 14.8 por ciento y 18.1 en 2022.
Esperan que los precios internacionales del petróleo continuarán elevados el resto del año, pero no se puede descartar una caída eventual, como se observó en las tres semanas anteriores cuando la mezcla mexicana de exportación disminuyó 15.9 dólares por barril.
Hasta mayo, los ingresos petroleros excedentes fueron nulos con respecto a lo anticipado en el calendario del presupuesto aprobado de la federación (PEF), al tiempo en que el costo de los subsidios a los combustibles alcanzó 150 mil millones de pesos.
Por su parte, los ingresos tributarios, que representan la principal fuente de recursos recurrentes del sector público, tuvieron también un comportamiento favorable al crecer 3.3 por ciento anualmente en los primeros cinco meses del año.
Esto respondió principalmente al incremento de 15.5 por ciento en la recaudación del impuesto sobre la renta, como resultado de la política recaudatoria que ha seguido el Sistema de Administración Tributaria (SAT).
El Ceesp dijo que la gestión del SAT es favorable. No obstante, la presión recaudatoria se concentra en el segmento de la actividad económica que tradicionalmente genera la mayoría de la recaudación, por lo que no se amplió la base gravable para incluir a todos aquellos que eluden o evaden pagar impuestos.
Además de que en la medida que las autoridades tributarias utilizan implícitamente métodos intimidatorios arbitrarios, aunque permitidos por la ley, a la larga el efecto sobre la recaudación, y sobre la nueva inversión y la actividad económica, puede ser negativo.
En otras fuentes de recaudación significativas el crecimiento es prácticamente nulo, en el caso del IVA, o negativo, como en los impuestos especiales sobre producción y servicios (IEPS), debido principalmente al subsidio a los combustibles.