La pandemia de covid-19 agudizó la situación laboral para las mujeres, toda vez que su participación en la economía se redujo de manera significativa, con una baja en su nivel de ingresos, cierre de negocios, mientras que tres de cada cuatro trabajadoras se encuentran en condiciones de informalidad.
De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi, en Puebla residen tres millones 163 mil mujeres, que representan el 52 por ciento del total de habitantes. Aunque es mayor el número de mujeres con relación a la población masculina, persiste la brecha de género y se profundizó frente al contexto de la pandemia.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoen) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) precisó en el periodo octubre-diciembre de 2020, la ocupación femenina representó un millón 102 mil mujeres. Las medidas de distanciamiento social y restricción de actividades a causa de la situación de emergencia por el covid-19, modificaron la dinámica de este grupo poblacional.
Mujeres convirtieron su casa en un lugar de trabajo, dejaron su empleo por atender la demanda de tareas domésticas sin remuneración económica y acompañar a los hijos en clases escolares; incluso, cerraron negocios o causaron baja de alguna empresa afectadas por los estragos de la economía.
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Al cierre del cuarto trimestre de 2020, la participación de las mujeres en el mercado del trabajo fue de 44.7 por ciento, es decir 0.8 puntos porcentuales menos con relación el 45.5 por ciento reportado en el mismo trimestre de 2019.
El grupo de mujeres en un rango de edad de 25 a 44 años resultó el más afectado, así como aquellas con experiencia laboral y mejor preparación académica.
La tasa de desocupación femenina al cuarto trimestre de 2019 era de 2.5 por ciento, es decir, había 29 mil 732 mujeres sin empleo, pero con disposición a encontrar uno. Sin embargo, al cierre de 2020, la desocupación femenina llegó a 4.4 por ciento que se traduce en 51 mil 153 mujeres. Este último dato representaría que, en medio de la crisis sanitaria, la desocupación femenina aumentó 72 por ciento. Según la encuesta del Inegi, 28 mil 533 poblanas perdieron o dieron por terminado su empleo, mientras que siete mil 949 renunciaron por diferentes razones.
Margarita Herrera Avilés, directora del Centro de Emprendimiento del Tecnológico de Monterrey, campus Puebla, destacó que las mujeres son parte crucial de la economía y a pesar de que salieron de la actividad económica, han logrado adaptarse a los retos que implicó la pandemia para sacar adelante a sus familias.
“Muchas de las mujeres que se ocupaban en pequeños negocios, tienditas, o negocios en centros comerciales, que pasó en la pandemia, se les incrementó el trabajo y además eso no les permitía salir a atender un negocio. Ante las crisis hay que ver oportunidades. Creo que es un momento para emprender y estamos viendo que también hay necesidades”, destacó.
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Ocupadas en comercio y servicios
Uno de los factores que incidió en el aumento de la desocupación está relacionado con que los sectores más golpeados por la pandemia, comercio y servicios, concentran mayor presencia de trabajadoras.
De acuerdo con los resultados de la Enoen publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), por cada 100 personas ocupadas en estos dos sectores de actividad económica, 55 son mujeres.
La declaratoria de pandemia por covid-19 en marzo del año pasado exigió el confinamiento y el freno de actividades económicas no esenciales. La jornada de sana distancia para evitar contagios del virus llevó al cierre de comercios, algunos de manera temporal como zapaterías, tiendas de ropa, departamentales, estéticas, además que se restringió la operación de bares, restaurantes, cafeterías, hoteles, servicios de esparcimiento, belleza, gimnasios, negocios dedicados a eventos sociales, que en muchos casos son operados por mujeres.
En el caso del comercio, al cierre de 2020 sumaron 297 mil 955 mujeres, seis mil 466 menos de las que había en el último trimestre del año previo; mientras que en el sector de manufacturas hubo una baja de mil 818 mujeres y la construcción perdió tres mil 181 posiciones.
Otro de los sectores que concentra la mayor fuerza laboral femenina es el de restaurantes y servicios de alojamiento con una participación de 111 mil 735 plazas. “En la industria restaurantera siempre ha sido muy representativo el papel de la mujer (...) la mujer siempre ha sido fundamental en esta industria”, destacó Olga Méndez Juárez, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
En entrevista para MILENIO Puebla, destacó que, del total de trabajadores en 35 mil 970 negocios dedicados a la preparación de alimentos y bebidas, el 60 por ciento son mujeres y jefas de familia.
Estimó que la fuerza laboral femenina predomina en este sector al considerarse como una opción de primer empleo o autoempleo.
Más mujeres en informalidad
Otras problemáticas que enfrenta la fuerza laboral femenina son la informalidad y la precariedad salarial, las cuales se intensificaron en el contexto de la pandemia.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente al cuarto trimestre de 2020 reflejan que 76.4 por ciento de las mujeres trabaja en condiciones de informalidad, es decir, bajo esquemas que las limitan de prestaciones sociales como aguinaldo, vacaciones, un contrato de trabajo o incluso, sin acceso a instituciones de salud. Al cierre del año pasado sumaban 841 mil 546 mujeres en esta condición laboral, cifra 4.0 puntos porcentuales mayor a las 822 mil que había en igual lapso de 2019.
La crisis orilló a mil 852 mujeres a cerrar o dejar un negocio propio, en tanto que, de 309 mil 351 poblanas que trabajan por cuenta al cierre de 2019, disminuyó a 283 mil 942 a 2020.
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Precariedad salarial
En cuanto a la duración de la jornada de trabajo, la participación femenina en jornadas de más de 48 horas semanales contribuyó con 20.4 por ciento y una variación anual de 11.8 por ciento comparado con el mismo trimestre del año pasado.
Durante el primer año de la pandemia del covid-19 se redujo el porcentaje de mujeres con altos ingreso, mientras que aumentó la base de trabajadoras con el mínimo.
El nivel de ingreso en general es un indicador sumamente importante, pues deja ver el porcentaje de la población que cuenta o no con los recursos monetarios suficientes para adquirir bienes y/o servicios considerados como necesarios para subsistir.
Al cierre del cuarto trimestre de 2020, se contabilizaron 8 mil 724 mujeres que ganaban más de cinco salarios mínimos cuando un año antes, había 17 mil 461 trabajadoras con este nivel de ingreso. En contraste, la base de poblanas que percibieron entre más de uno y hasta dos salarios subió de 351 mil 709 en 2019 a 432 mil 881 a 2020, mientras que 142 mil 491 no recibieron ingreso alguno por su trabajo.
Cabe señalar que del total de los hombres ocupados 61.5 por ciento recibieron ingresos que no rebasaron los dos salarios mínimos, y en el caso de las mujeres fueron 66.6 por ciento. Por su parte el 8.3 por ciento de ellos no recibieron ingresos y 12.9 por ciento en el caso de las mujeres. La presencia de las mujeres es cada vez mayor en diferentes ámbitos de la economía y cada vez son más las que están al frente de los hogares. Puebla se coloca como el quinto estado del país con el mayor número de hogares con mujeres reconocidas como jefas de familia.
Por último, de un millón 713 mil 381 hogares en territorio poblano, 31.7 por ciento, es decir, 543 mil 681 viviendas están encabezadas por una mujer.
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