Hace 21 años abrió sus puertas en avenida Masaryk, Polanco, el primero de los hasta ahora 13 hoteles de los hermanos Rafael, Jaime y Moisés Micha, además de Carlos Couturier, que dio nombre al grupo: Habita.
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La visión de estos hoteleros va más allá de solo ofrecer un hospedaje agradable con buena atención al cliente. Con Rafa como socio fundador y a la cabeza de las relaciones públicas, fueron creando un concepto de ser “el lugar donde ver y ser visto”. Sus terrazas, bares y restaurantes son visitados por personas que no quieren hospedarse, la gente quiere quedarse ahí. Él asegura que es porque cada hotel forma parte de la comunidad en la que se ubica, los mismos vecinos hacen suyo el lugar.
Junto con este concepto de comunidad, fueron refinando la importancia de la arquitectura y el diseño de sus hoteles. Han tenido colaboraciones de arquitectos de la talla de Enrique Norten, India Mahdavi, Ricardo Legorreta y Javier Sánchez, entre otros.
Dar un vistazo a su cuenta de Instagram (@rafaelmicha) es verlo viajar y mostrar sus propiedades hoteleras, pero también compartir productos y marcas que lo buscan como influencer, uno que se rodea de artistas, diseñadores de moda, arquitectos y socialités. Escribe para diversos portales y tiene su blog personal (radarmicha.com), en el que explora temas de actualidad que le parecen interesantes.
¿Cómo empiezas tu día?
Muy temprano y con una prensa francesa de café cultivado en los Altos de Chiapas.
¿A qué otra cosa te hubiera gustado dedicarte?
Tuve una vida pasada y la gran oportunidad de hacer un cambio de profesión (resultado de mi mid life crisis), así que dejé atrás el “si hubiera”.
¿A qué actividad definitivamente no te dedicarías?
Nunca sería dentista.
¿En qué red social te sientes más cómodo?
Publico todo originalmente en Instagram y se replica automáticamente en las otras.
¿Qué te apasiona?
Conectar para ayudar.
¿Qué te entristece?
No poder hacerlo de tiempo completo, y por ende con más y mejores resultados.
¿Cuáles son tus pasatiempos?
El arte contemporáneo por deformación personal, visitar galerías, museos y estudios de creadores. Y la ópera ¡siempre!
¿Cuál es el hábito que más detestas de ti?
Soy un obsesivo-compulsivo y perfeccionista al grado de tener rafaelismos.
¿Qué obras estás leyendo en estos días?
De tres en tres, combinados y alternados: Life for Sale, de Yukio Mishima; Beyond The West: New Global Architecture, y Emiliano. Zapata después de Zapata.
¿Cuál es tu platillo preferido?
La sopa (contrario a Mafalda).
¿Qué música escuchas?
El soundtrack de mi vida es un poco como mi playlist en Spotify (@rafaelmicha), siempre muy ecléctica e in crescendo… hoy “Garden Song”, de Phoebe Bridgers; la música de Zbigniew Preisner en La Double Life of Veronique; “Django Lacrimosa”, “Ricky Baker Birthday Song”, de Rima Te Wiata; “It Rains Outside”, de Roberto Binetti; “Celebration”, de Kanye West, y “Come Sinfonia”, de Mina. Más lo que se acumule en el transcurso del día.
¿Cuál es tu serie favorita?
Belgravia, de Julian Fellowes.
Si pudieras platicar con un personaje histórico, ¿quién sería y por qué?
Netzahualcóyotl, para entender la cosmogonía mesoamericana, su alternativo paradigma de belleza y más.
¿Y con qué figura te gustaría quedarte atrapado dentro de un elevador?
Con (Frida) Kahlo, para que le platique que ya tiene su capítulo en Los Simpson, no creo que me dé tiempo para nada más. Solo espero que sea más amable que Madonna en el elevador.
¿Crees en la vida después de la muerte?
Así es, en mi nombre llevo la penitencia.
Si pudieras regresar el tiempo, ¿qué le dirías a aquel niño que alguna vez fuiste?
Posa para más fotografías y haz más fotos: documenta todo.
¿Cuál es tu análisis de esta pandemia?
Que tengamos salud para poder seguir recibiendo madrazos.
¿La vacuna puedes ser la solución de todo?
No, son los hábitos de higiene: uso de cubrebocas, respeto a la sana distancia, lavado de manos constante, saludo sin beso o de mano, muy en sintonía con lo que hace la población asiática.