Reconoce la Fed confusión por la frase “inflación transitoria”

El martes, el senador estadunidense Pat Toomey canalizó la máxima del economista británico de mediados del siglo XX John Maynard Keynes de que “a largo plazo todos estamos muertos”. Preguntando al presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, sobre el actual episodio de inflación por encima del objetivo, Toomey dijo: “Sé que usted cree que esto es transitorio, pero todo es transitorio. La vida es transitoria”.

Powell dijo que se despojará de la palabra, y reconoció que describir la alta inflación como “transitoria” causó tanta confusión como claridad. La frase se introdujo a finales de 2020, cuando Powell se anticipó a las presiones inflacionarias del año siguiente. Pretendía captar la idea de que lo que el banco tenía que considerar no era un repunte temporal de precios ni “efectos de base” de las comparaciones con el año previo, sino la capacidad del banco para mantener la inflación de forma sostenible en su objetivo. En palabras de Powell, los aumentos de precios “no se mantendrán indefinidamente”.

Los críticos de la generosidad de la Fed, así como de su cambio de enfoque para observar la “inflación promedio”, aprovecharon el uso continuo de la palabra por parte de Powell para sugerir que le quitó la vista de encima. De hecho, Toomey también preguntó en la reunión del comité del Senado sobre banca, vivienda y asuntos urbanos: “¿Cuánto tiempo tiene que estar la inflación por encima de su objetivo antes de que la Fed decida que tal vez no es tan transitoria?”. La Fed ha tenido que revisar en repetidas ocasiones sus propias proyecciones y reconocer que las presiones tienen una base más amplia de lo que había previsto.

Los debates sobre el significado exacto del término no han servido de nada, al igual que la división de los comentaristas económicos en “equipo transitorio” y “equipo permanente”. Retirar el uso de la frase eliminará una distracción y una fuente de confusión; sin embargo, aparte de mejorar la comunicación del banco central, la postura de Powell solo cambió ligeramente. Aunque indicó que la Fed puede adelantar unos meses la reducción de sus compras de activos, sigue esperando que las presiones inflacionarias disminuyan.

Es probable que Powell tenga razón en que la inflación se desvanecerá. Los aumentos de los precios del gas natural tal vez no se reviertan, pero es casi seguro que no se repetirán. Tampoco lo hará el salto de los precios de los coches usados, que ha sido un motor clave de la inflación. De hecho, aunque la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revisó al alza su previsión de inflación en EU para 2022 —de 3.1 a 4.4 por ciento— eso significa que la inflación pasará gran parte del próximo año por debajo de la tasa actual de 6.2 por ciento.

Lo que le importa al banco central es cualquier parte que no desaparezca. La inflación por encima del objetivo puede llegar a ser autosostenible si hace que las empresas y los trabajadores esperen aumentos de precios y los incorporen a su toma de decisiones. Powell tenía razón al decir el martes que esto es una “amenaza” cada vez mayor. Acelerar la denominada reducción de la expansión cuantitativa en unos cuantos meses es una respuesta sensata.

La nueva variante ómicron es un posible aguafiestas. No está claro si las vacunas siguen siendo eficaces contra ella ni su impacto inflacionario. La OCDE señaló que es probable que exacerbe los problemas de suministro. Es posible que Powell haya desterrado la palabra “transitoria”, pero el debate sobre la inflación llegó para quedarse.