Aunque en 2021 se espera un rebote en la dinámica económica y en el empleo, regresar a los niveles de 2018 tardará varios años, hasta 2025; el reto de México es restaurar la senda de crecimiento mediante un plan que lo impulse, así como mejorar el ambiente de inversión, advirtió Scotiabank.
En videoconferencia para comentar las perspectivas económicas del segundo semestre del año, el vicepresidente de análisis económico para América Latina de Scotiabank, Eduardo Suárez, indicó que las proyecciones apuntan a que la economía mexicana caerá 9.1 por ciento en 2020 y en 2021 tendrá una recuperación de 3.1 por ciento.
Estas previsiones, explicó, ya consideran el hecho de que el coronavirus representa un problema intermitente que estará presente hasta, al menos, mediados de 2021, consistentes con lo dicho por las autoridades de salud.
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El economista apuntó que en el tema del empleo, no solamente es el número de desocupados, éste rebotará relativamente fuerte, sino la calidad del empleo y si el nivel de ingresos no recupera el nivel pre crisis, esta calidad no mejorará, por lo que es necesario regresar a una senda de crecimiento, pues éste estará sustentado en el nivel de ingresos del país.
Mejorar el ambiente de inversión
Detalló que si bien México entró a la crisis del covid-19 con algunos fundamentales fuertes, como niveles adecuados de reservas internacionales, la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional, la línea swap con la Reserva Federal de Estados Unidos y cuentas externas en orden, el problema es que la inversión es muy baja, en niveles “sin precedentes, y recuperarla es importante porque ésta es la que determina la generación de empleos y el mercado laboral ha tenido un golpe no visto en 100 años.
En este contexto, Eduardo Suárez considera que el plan de reactivación de la economía mexicana debe considerar una buena relación Estados Unidos y las empresas, fortalecer la infraestructura en México, deuda pública que se utilice para mejorar la educación y el nivel de la población, fortalecer las cadenas de producción latinoamericanas, una política sector público-sector privado constructiva y finanzas públicas sanas.
En 2021 habrá una reforma fiscal
Con respecto a este ùltimo punto, expuso que tener finanzas públicas no es la única condición para mantener la calificación crediticia del país, pues se necesita un nivel de crecimiento adecuado que permita al gobierno tener ingresos suficientes para gastar eficientemente; ante esto, considera que el próximo se discutirá una reforma fiscal, cuyo reto será no afectar el crecimiento y mejorar los ingresos, por lo que será importante un diálogo para que sea lo más balanceada posible.
srgs