El Banco Mundial advirtió que si bien el próximo año el producto interno bruto (PIB) de muchas economías emergentes y en desarrollo regresará a los niveles previos a la pandemia, la recuperación del PIB per cápita llevará más tiempo; para acelerarla, se requiere estabilidad económica, aprovechar la revolución digital, transitar a un crecimiento ecológico y mejorar servicios de salud y educativos.
El presidente del Banco Mundial, David Malpass, refirió que la recuperación está llena de complejos desafíos, pues la pobreza aumentó y la brecha entre los más pobres y los más ricos se está ampliando, ya que mientras los ingresos del 40 por ciento más rico se recuperaron rápidamente, la recuperación de los del 40 más pobre no ha comenzado.
Durante su participación en la conferencia “Crecimiento en tiempos de crisis: lo que se avecina para las economías en desarrollo”, resaltó que el resultado de la brecha entre ricos y pobres ha dado como resultado un aumento sustancial de la pobreza mundial, con casi 100 millones de personas más viviendo en la pobreza extrema y con varios cientos de millones de nuevos pobres en países de ingresos medios.
Además, abundó Malpass, también se han visto retrocesos significativos en ámbito educativo, la igualdad de género e, incluso, en la nutrición; ante esta situación, la pregunta es: ¿qué debemos hacer para evitar una década perdida e impulsar un crecimiento que sea a la vez inclusivo y sostenible?.
Acciones
En el marco de las Reuniones Anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, aseveró que la aceleración de las vacunas para permitir el regreso a la normalidad es indispensable, pero también hay cuatro áreas de acción.
La primera es que la estabilidad económica debe sentar las bases para el crecimiento a mediano plazo, por lo que se deben mejorar y simplificar las estructuras tributarias, al tiempo que se elimina el gasto público derrochador y se aumenta la eficiencia de la prestación de servicios y se reasignan recursos hacia usos más productivos.
Segundo, es necesario aprovechar la revolución digital, pues ésta abre la oportunidad de transformar muchos sectores de la economía, como los servicios financieros, la educación, la salud e, incluso, la agricultura, y también ofrece impactos transformadores para el sector público, pero esto requiere aumentar los recursos para las inversiones en áreas digitales y eliminar los monopolios en el sector de las telecomunicaciones.
Tercero, es necesario hacer que el desarrollo sea más ecológico y sostenible, por lo que apoyar la transición energética hacia fuentes de generación más limpias es el punto de entrada. Los esfuerzos deben centrarse en los compromisos para reducir emisiones de gases de efecto invernadero.
Cuarto, se necesita encontrar soluciones para mejorar la calidad de los servicios de salud y mejorar el aprendizaje de los niños, incluso a través de medios digitales y mejorar la equidad.
KGE