De 2019 a 2024 el costo de los alimentos procesados en México aumentó casi 39 por ciento, de acuerdo con el índice subyacente de precios al consumidor en mercancías que mide el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el doble de lo que subieron un lustro antes.
Esto no es solo una situación preocupante para los consumidores, también para las empresas, pues ante estos movimientos tienden a cambiar los patrones de compra, por lo que nació un fenómeno que está presentándose en todo el mundo: la reduflación.
¿En qué consiste?
Las compañías reducen el volumen de los productos que comercializan a cambio de mantener el mismo precio; sin embargo, en la práctica no sucede así, pues algunas además de hacer pequeño lo que venden le aumentan el costo, elevando sus ganancias. Varios gobiernos del mundo están respondiendo.
“La C es por los consumidores estafados. El presidente (Joe) Biden está pidiendo a las empresas que pongan fin a la contracción inflacionaria”, expuso el gobierno de Estados Unidos en X (antes Twitter) cuando se volvió viral una publicación en la misma plataforma del personaje de Plaza Sesamo el Monstruo Comegalletas, quien dijo “odio la reduflación, hacen que mis galletas sean más pequeñas”.
En Francia, a partir del primero de julio de este año obligaron a las compañías, sin importar el giro, que anuncien a sus clientes cuando reduzcan el tamaño de los productos para que sepan que adquieren y su costo.
“La reduflación se presenta sobre todo en escenarios de alta inflación en que las empresas buscan mantener en equilibrio sus costos sin aumentar demasiado los precios y contra lo que pudiera suponerse no se considera un fraude al consumidor siempre y cuando el producto tenga una presentación diferente y se estipule en la etiqueta el volumen o contenido de lo que se está adquiriendo”, explicó a la MILENIO la directora general de México Cómo Vamos, Sofía Ramírez.
Datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ubicado en España, apunta que el mercado europeo también registró casos de reduflación, donde hay pastas que disminuyeron su tamaño en 10 por ciento pero su precio aumentó.
“Nuestro consejo es que cuando estés llenando tu carro no te fíes sin más de reclamos como “oferta”, “promoción especial”, “descuento”: fíjate en el contenido que muestra el envase o, mejor aún, en vez de comparar el precio por producto o por envase, comparar el precio por unidad de medida, por kilo, por litro o por metro”, describen en su portal.
¿Qué sucede en México?
Sofía Ramírez de México Cómo Vamos explicó que esta estrategia empresarial ciertamente se aplica en la nación, “pero aún no podemos decir que sea generalizada”.
De acuerdo con un ejercicio de MILENIO con datos de supermercados, hay productos como botanas, leche en polvo y frijoles procesados donde además de reducir su volumen de 5.9 a 7 por ciento, su precio llega a crecer hasta 26 por ciento.
Cuauhtémoc Rivera Rodríguez, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), dijo que la reduflación ya está presente en 70 por ciento de las ventas de un establecimiento con todo tipo de presentaciones de menor volumen o gramaje como son pastelillos, aceites, refrescos, botanas, cereales, papel higiénico, lácteos, embutidos, mantequilla, sopas e incluso tortillas empaquetadas.
“Este fenómeno es en respuesta a la elevada inflación que continúa mermando el poder adquisitivo de la población que opta por menor cantidad con tal de que no les aumenten el precio. Y en este caso las empresas hacen el embalaje con diferente etiqueta para cumplir con la ley y lo sorprendente es que son los productos con mayor demanda”, comentó.
El dirigente reconoció que esa práctica afecta la economía de las familias mexicanas porque al final están adquiriendo menor producto, pero también hay que tomar en consideración que no todos pueden comprar más que en pequeñas cantidades por lo cual las compañías buscan abrir su portafolio para colocar artículos diversos al alcance de los distintos bolsillos.
Precisó que la reduflación además está enfocada a que el consumidor no se divorcie de las marcas ofreciéndole opciones.
“Efectivamente reducen el volumen y mantienen el precio para que la gente les siga comprando y de esta manera no bajar sus ventas en una etapa de alta inflación que irremediablemente disminuye la demanda”, explicó.
“Los estragos de la inflación ya lo estamos viviendo; las ventas en la gran mayoría de los 250 mil afiliados de Anpec se redujeron entre 15 a 25 por ciento según la ubicación del negocio”, remarcó.
Arturo Morales Castro, especialista en finanzas personales e investigador de la Facultad de Contaduría y Administración de la UNAM, subrayó que la reduflación es la táctica que utilizan las empresas para enmascarar el aumento de los precios que se registra como consecuencia de la alta inflación.
“El correcto etiquetado de los productos lo convierte en algo permitido por lo que es importante que el consumidor preste atención a sus compras”, dijo.