La refinería Francisco I. Madero dejó de convertirse en el polo de desarrollo para el sector privado de la zona sur de Tamaulipas. En los últimos tres años no se refleja la inversión anunciada por el gobierno federal para el mantenimiento de la planta propiedad de Petróleos Mexicanos (Pemex), indicó el Cepegas.
Benito Torres Ramírez, presidente del Clúster de Petróleo, Energía y Gas, indicó el poco beneficio del proyecto emprendido por la Secretaría de Energía (Sener) de contar con una instalación adecuada para la producción de petrolíferos, principalmente gasolinas, que durante este tiempo se le etiquetaron más de 5 mil millones de pesos.
“Esa inversión mencionada por el gobierno federal no se refleja en los tres años para el sector proveeduría en la zona sur de Tamaulipas. Esta instalación convertida antes en un polo de desarrollo de proveedores, de contratistas, dejó de serlo. Le ganó el corredor industrial en Altamira”, agregó.
Rescate anunciado
Desde el 2019, la administración del Presidente Andrés Manuel López Obrador emprendió el plan de rescate del Sistema Nacional de Refinación (SNR) a fin de elevar la producción de petróleo crudo en los seis complejos, incluido el ubicado en Ciudad Madero. Esta instalación tuvo más regularidad desde junio del 2019, aunque sin lograr la mitad de su capacidad total, puesta en 190 mil barriles diarios.
“Todo indica que el anuncio hecho fue para retrasar la producción de la planta. Si vemos los resultados anuales va a la baja. Se debe revisar en qué ha beneficiado y en dónde se aplicaron esos recursos. Mientras tenemos en Altamira instalaciones con menos años pero más competitivas, en la refinería falta el mantenimiento preventivo, pues el correctivo es más costoso. Por eso tenemos paros en la producción. Si no se atiende a tiempo esas refacciones afectan y eso ha pasado”, declaró Torres Ramírez.
Por tal motivo, miembros del Cepegas intentan seguir vigentes al contar con un mayor contacto con las compañías en funciones pero con sus debidas precauciones, al ser poca la inversión y los pagos son lentos. “No solo es el equipo y la mano de obra, son otro tipo de artículos que nos consumen”, concluyó.