México, ante el inicio de las discusiones para la aprobación de la reforma laboral, no debe aceptar ningún tipo de presión por parte de la administración del ejecutivo estadunidense de cara a la ratificación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canada (T-MEC), aseguró el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos.
"Nosotros pensamos que no por avanzar en el proceso de aprobación del T-MEC se debe aprobar una legislación laboral precipitada. La discusión no ha empezado todavía en la cámara de representantes de Estados Unidos y no debemos de reaccionar cuando nos truenen los dedos por políticos y legisladores".
Al finalizar su participación en la presentación de los debates electorales organizados por la Coparmex, previos a los comicios electorales en seis estados de la república, el titular del organismo insistió que más allá del proceso de ratificación del acuerdo comercial "lo que está en juego" es el sistema laboral, la competitividad del país y la forma en que se mantienen las condiciones laborales.
"Bajo ninguna circunstancia debemos bailar al ritmo que nos toque el congreso de Estados Unidos. Nuestro llamado al gobierno federal, al que por cierto hemos respaldado en su decisión de no abrir espacios para que no se deba negociar nuevamente el tratado, es para que se actúe con prudencia, sin apresuramiento y que no se reaccione a las amenazas por parte de legisladores o de cualquier funcionario estadunidense, y que se ponga por delante el interés del país", puntualizó.
A cerca del dictamen inscrito a la reforma laboral, mencionó que hay varias cláusulas que aún no terminan de convencer, por lo cual exhortó a que se debe hacer una profunda revisión, ya que contiene temas "bastante" técnicos, para el funcionamiento de los sindicatos.
Hay desafíos importantes; por mencionar uno, conforme a lo que se estipuló en el T-MEC, en cuatro años se tendrían que revisar casi 500 mil contratos colectivos, esto implicaría que conforme al proyecto, en promedio, se revisarán 125 mil contratos por año, lo que significaría como mínimo la realización de 250 mil asambleas sindicales.
lvm