El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) reiteró la necesidad de una reforma fiscal en México, pero ésta debe ser realizada sobre la base de saber en qué se quiere gastar, sobre la conciencia de la importancia de la informalidad para el fisco y el reto que representan las pensiones; de no llevarla a cabo, se corre el riesgo de perder, fiscalmente hablando, a una generación.
“Creo que la bomba que se la va a dejar al siguiente presidente de este país es sumamente compleja, por lo que tenemos que empezar a llegar a acuerdos, de cara al 2025, que se cruza con una transición demográfica acelerada en el país….(...)...Si no arreglamos el problema de las pensiones, de estos pasivos contingentes, si no nos podemos de acuerdo en cómo hacer viable nuestro sistema fiscal, vamos a perder en términos fiscales a una generación”, advirtió el director del CIEP, Héctor Villarreal.
Durante su presentación en la conferencia “La reforma fiscal incluyente”, agregó que a lo mejor con suerte, el país no entra a una crisis macro, pero no va a haber política pública en educación, no se va a hacer nada en salud, vamos a tener un gran problema de inversión en infraestructura que nos va a cobrar la factura en crecimiento y si salimos adelante en 15 ó 20 años, nos vamos a dar cuenta que se acabó el bono demográfico y la pirámide poblacional se invierte, con adultos mayores con mayores requerimientos.
Gasto en pensiones
En el marco del evento Expansión Summit, el director del CIEP explicó que el gasto en pensiones cada día crece más, en 2021 éste ronda 5.1 por ciento del producto interno bruto (PIB), con una recaudación de Impuesto al Valor Agregado (IVA) que quizá llegue a 4.4 por ciento, poca presión fiscal en el país, pero con altos pasivos contingentes.
Así, abundó , el CIEP estima que el gasto federal completo en pensiones llegue a 6.5 por ciento del PIB, que se suma a un servicio de deuda que aumentará, debido al aumento en tasas de interés, lo que dará como resultado 10 por ciento del PIB.
Saber en qué gastar
Villarreal destacó que antes de llevar a cabo una reforma fiscal, se debe tener claro en qué se quiere gastar, pero también se debe ser realista, pues no alcanza para todo, “ya de entrada una reforma fiscal que no nazca con una priorización por el lado del gasto me parece que tendríamos problemas”, dijo.
Una vez que se tenga priorizado el gasto, abundó, ya se podrán ver cuáles van a ser las fuentes de ingresos, lo cual no será fácil, pues hay muchas aristas; por un lado, está el mito que al gravar alimentos y bebidas todo se va a arreglar, pero eso es falso, porque el potencial del IVA es de 1 por ciento del PIB, además de los problemas de regresividad que implica.
Por otro lado, añadió el directivo, con el Impuesto sobre la Renta (ISR) también hay problemas de masa salarial en el país, pues está concentrada en bajos ingresos y si se aumenta la tasa de este gravamen, sería poco lo que se recaudaría.
No obstante, apuntó, un impuesto al que se le ve más potencial es el del predial, que apenas recauda alrededor de 0.2 por ciento del PIB, ya que con esto se podría incluir a los gobiernos subnacionales para tener una mayor responsabilidad y un sistema fiscal más robusto, desarrollado, inclusivo y moderno.
Informalidad es mal negocio para el fisco
Al cuestionarlo sobre el papel de la informalidad en el sistema fiscal, Héctor Villarreal destacó que muchas de las personas que están en esta condición son muy pobres, con productividad muy baja y baja calificación.
“Hay personas en la informalidad que si de repente se apareciera el genio de la botella y los pone en la formalidad de un día para otro, para el fisco son mal negocios. Entre que sus ingresos son tan bajos, lo que les correspondería de subsidio al empleo, más participar en el IMSS, más el tipo de salud que tienen, termina siendo mal negocio para el fisco, es un problema estructural muy de fondo”, aseveró.
srgs