La evolución de la economía es significativamente mejor a la prevista por la mayoría de los analistas y organismos internacionales, lo que refleja el fuerte impulso de las obras de ingeniería civil de los proyectos de inversión insignia del gobierno, pero esto no significa un repunte de la inversión en general.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), indicó que el avance del PIB en el segundo trimestre es parte del crecimiento de los servicios, pero la construcción aportó 42.2 por ciento del crecimiento por los proyectos de inversión insignia del gobierno.
El resultado indicó el Ceesp fue resultado de un mejor desempeño de la economía de Estados Unidos, efectos aritméticos de comparaciones con cifras reducidas en 2022 y de errores de pronóstico.
“En todo caso, los pronósticos de crecimiento para 2023 se han corregido significativamente. A finales del 2022 se estimaba un avance inferior a uno por ciento y ahora se prevé un crecimiento de 3 por ciento. Incluso el Banco de México (Banxico) recientemente corrigió su pronóstico de 2.3 a 3.0 por ciento”.
Por otra parte, el Inegi presentó los resultados del Sistema de Cuentas Nacionales de México (SCNM) base 2018, de acuerdo con su actualización quinquenal. En esta medición, el PIB difiere ligeramente de la previa (base 2013). En los dos primeros trimestres del año el PIB creció 0.8 por ciento respecto al trimestre previo.
El Ceesp añadió que el origen principal del avance del PIB en el segundo trimestre provino del crecimiento de 0.7 por ciento en las actividades terciarias, que generó 45.5 por ciento del mismo.
Las actividades secundarias aportaron 44.9 por ciento, esto es un incremento de 1.2 por ciento. A su interior, sobresale la incidencia de la construcción, que aumentó 6.5 por ciento y aportó 42.2 por ciento al crecimiento total del PIB.
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Con estos resultados, la comparación anual el PIB muestra un crecimiento de 3.6 por ciento. Aunque hay una nueva tendencia a la baja en los últimos tres trimestres, que incluye a la industria si se ajusta por las obras públicas.
Por su parte, los resultados del mercado laboral en materia de ocupación arrojan mejoras limitadas. El Inegi reportó que en julio la población ocupada aumentó en 2 millones respecto al mismo mes del año pasado, mientras que la desocupación se redujo en 121 mil personas. No obstante, siguen señales de precarización.
La participación laboral aumentó: la población económicamente no activa cayó en 192.6 mil personas, respondiendo principalmente a que 976 mil dejaron de ser “disponibles”. Sin embargo, es importante señalar que de este total poco más del 95 por ciento no buscó empleo por considerar que no tenía posibilidades de lograrlo.
“Esto genera dudas sobre la capacidad real de la economía para crear puestos de trabajo suficientes y satisfactorios para las necesidades de la población”.