La esperada adquisición del diseñador británico de procesadores ARM por parte de Nvidia por unos 40 mil millones de dólares se topó con un gran obstáculo, luego de que un regulador británico determinó que podría dañar la competencia y debilitar a sus rivales, por lo que exigió una investigación más extensa.
El acuerdo, alcanzado en septiembre del año pasado entre la compañía tecnológica más importante de Reino Unido y el mayor fabricante procesadores gráficos y de inteligencia artificial del mundo, generó una rápida respuesta de políticos, rivales y clientes.
El viernes, el regulador de competencia británico aumentó la presión, diciendo que la entidad fusionada podría reducir la competencia en los mercados de todo el mundo y en sectores tan grandes como los centros de datos, Internet de las cosas, los automóviles y los videojuegos.
Para aprobar un acuerdo con serias repercusiones en la competencia, el regulador normalmente requeriría la eliminación de la parte del negocio fusionado que tiene el poder de dañar a los rivales. Pero las preocupaciones en torno a ARM y Nvidia abarcan a todo el negocio.
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El acuerdo también generó alarma porque representa una amenaza para la innovación en las industrias que forman la columna vertebral de las economías modernas.
"Nos preocupa que el control de Nvidia sobre ARM pueda crear problemas reales para los rivales de Nvidia al limitar su acceso a tecnologías clave y, en última instancia, sofocar la innovación en varios mercados importantes y en crecimiento", dijo Andrea Coscelli, directora de la Autoridad de Competencia y de Mercados.
ARM es un actor importante en el sector global de semiconductores, fundamental para tecnologías desde la inteligencia artificial y la computación cuántica hasta las redes de telecomunicaciones 5G. Sus diseños son compatibles con casi todos los teléfonos inteligentes y millones de otros dispositivos.
Los semiconductores también sustentan infraestructura crítica en Gran Bretaña y el gobierno ha dicho que están en tecnología relacionada con asuntos de defensa y seguridad nacional.
El acuerdo también provocó enojo en la industria de los semiconductores, en la que ARM ha sido durante largo tiempo un actor neutral que otorga licencias de propiedad intelectual a clientes que de otro modo serían rivales, incluidos Qualcomm, Samsung Electronics y Apple.
El temor entre las empresas de chips es que Nvidia tenga acceso temprano a las innovaciones de ARM en lugar de distribuirlas a toda la industria de manera equitativa.
Si bien Nvidia había ofrecido soluciones para disminuir el impacto, el regulador del Reino Unido no creía que pudieran aliviar sus preocupaciones.
Nvidia, que esperaba cerrar el trato en marzo del próximo año, dijo el miércoles que estaba tardando más de lo esperado en obtener las aprobaciones necesarias y algunos analistas estadounidenses han dicho que creen que la adquisición será bloqueada. La fecha límite para el acuerdo es septiembre del próximo año.
AMP