Para mitigar el choque laboral y social en la crisis del coronavirus, la OCDE y la OIT consideran de gran ayuda el diálogo social entre sindicatos, organizaciones patronales y gobiernos; debe utilizarse para que en la recuperación se tenga más en cuenta a los grupos vulnerables.
"En estos momentos difíciles, el diálogo social nunca ha sido tan importante" porque permite aplicar medidas "justas, legítimas y aceptadas" que ayuden a salir de la crisis, señaló el director general de la Organización Mundial del Trabajo (OIT), Guy Rider.
En una conferencia en línea para presentar un informe elaborado con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Rider subrayó que el impacto de la pandemia "se nota de forma desproporcionada" en colectivos desfavorecidos como el de los jóvenes, las mujeres, los discapacitados o los migrantes.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, explicó que en su estudio se ha establecido un repertorio de cómo los acuerdos entre sindicatos, patronales y gobiernos han ofrecido apoyo a los trabajadores y han sostenido la economía, por ejemplo reforzando la confianza.
Sus autores destacan el ejemplo de Dinamarca, donde el dispositivo de ERTE consensuado permitió limitar el aumento del desempleo en una décima porcentual entre febrero y mayo.
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Rider también citó buenas prácticas en España, país del que se detallan los acuerdos que ha habido con los interlocutores sociales desde el primero el 12 de marzo para simplificar los procedimientos para optar a los ERTE hasta el del 3 de julio para la recuperación económica y del empleo suscrito con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El estudio es resultado de la iniciativa del llamado Pacto Global lanzado por Suecia, cuya ministra de Comercio, Anna Hallberg, afirmó que su cultura de diálogo social es una de las razones del éxito de ese país.
Gurría recordó que la OCDE prevé que este año el producto interno bruto (PIB) mundial retroceda un 4.5 por ciento a causa de la crisis, y señaló que la tasa de paro, que era del 5.5 por ciento a comienzos de 2020, ya ha alcanzado el 8.8 por ciento, un nivel "récord en décadas".
Con una nueva ola epidémica, el PIB podría verse recortado en otros 2-3 puntos porcentuales en 2021.
La tasa de desempleo podría subir al 10 por ciento para finales de este año y permanecer en un nivel elevado del 9 por ciento al término de 2021.
Según la OIT, el número de horas trabajadas bajó en el segundo trimestre un 14 por ciento respecto al último trimestre de 2019, lo que equivale a la pérdida de 400 millones de empleos a tiempo completo.
Esas pérdidas masivas de puestos deberían quedar limitadas a 34 millones al finalizar 2020, pero con una segunda ola epidémica, el número de horas trabajadas en los tres últimos meses del ejercicio podría ser un 11.9 por ciento inferior respecto al mismo periodo de 2019.
srgs