Samsung Electronics reportó un beneficio neto de 5.55 billones de wones (4 mil 666 millones de dólares) en el segundo trimestre del año, 7.33 por ciento más en el mismo periodo del año anterior, gracias al impulso de la división de semiconductores.
Su beneficio bruto de operación (ebitda) alcanzó los 7.7 billones de wones (5 mil 497 millones de euros/6 mil 473 millones de dólares), un 8.21 por ciento más que en el mismo trimestre de 2019, y su ganancia operativa fue de 8.15 billones de wones (5 mil 818 millones de euros/6 mil 850 millones de dólares), un 23.48 por ciento más, detalló hoy la compañía en un comunicado.
Sin embargo, su facturación cayó un 5.62 por ciento con respecto a hace un año hasta quedar en 52.97 billones de wones (37 mil 816 millones de euros/44 mil 526 millones de dólares).
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Los datos están en línea con la previsión de resultados que Samsung Electronics publicó a principios de este mes.
La empresa con sede en Suwon (al sur de Seúl) consideró que "la recuperación parcial de la demanda global a partir de mayo" ayudó a suavizar los efectos de la pandemia y que la caída en su facturación respondió principalmente a las ventas reducidas de smartphones y otros dispositivos, para los que también fabrica memorias.
Su rama de telefonía móvil, de hecho, facturó un 19.7 por ciento interanual menos, aunque la reducción de costes hizo que su beneficio operativo mejorara en un 25 por ciento.
En todo caso, la división de memorias "registró una demanda robusta ligada al trabajo en remoto y la educación online ante el prolongado impacto de la covid-19".
La unidad de chips por sí sola logró un beneficio operativo de 5.43 billones de wones (3 mil 876 millones de euros/4 mil 566 millones de dólares) entre abril y junio, casi el doble que en el mismo periodo del año anterior.
A su vez, la rama de pantallas retornó al negro con un beneficio operativo de 300 mil millones de wones (214 millones de euros/252 millones de dólares), aparentemente debido a la cancelación de pedidos contratados por Apple, que los analistas creen que habría supuesto una compensación de unos 900 millones de dólares (unos 764 millones de euros).
srgs