El Sector energético espera un crecimiento más rápido para el 2020

Desarrollo económico

México va lento para cumplir sus metas y compromisos internacionales de generación y uso de energías limpias. Los concursos privados son una opción.

Bravos Energía y Vitol ya integran sus propias plataformas para realizar concursos eléctricos a largo plazo y reactivar al sector./ Foto: Cortesía
Arturo Vallejo
Ciudad de México /

El gobierno mexicano se ha trazado el objetivo de que, a mitad del siglo, 50% de la electricidad que se produzca en el país provenga de fuentes energéticas limpias. Sin embargo, no hay que mirar tan lejos, ya que tenemos una meta más próxima que cumplir: para 2024, el país debe generar 35% de su electricidad por medio de fuentes renovables, como la eólica y la solar. 

Para algunos actores clave del sector energético, como el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), este es un objetivo difícil de cumplir, si no es que imposible. “La meta de 35% de energías limpias en 2024 para mí es irrealizable. El país, para empezar, no tiene los recursos económicos para promover esas inversiones. Creo que debe revisarse esa meta”, dijo Alfonso Morcos Flores, director general del Cenace, en abril pasado. 

La dificultad para cumplir estos objetivos radica en el complicado escenario económico nacional e internacional. 

Aún más determinantes son los cambios que ha implementado la actual administración en materia energética, los cuales tienen sumidos en la incertidumbre a los inversionistas privados. 

Una de las decisiones de la nueva administración que más impactaron fue la cancelación de las subastas eléctricas. En diciembre de 2018, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador suspendió la cuarta Subasta de Largo Plazo (SLP-1/2018), dos meses después, en febrero, anunció su cancelación. 

Aunque se planteó la idea de retomar las subastas de forma regional, la Secretaría de Energía (Sener) descartó esa posibilidad, ya que hay un desbalance en el país: en algunas zonas falta gas y en otras hay mucha electricidad, pero faltan lugares para despachar. 

Frente a este panorama, uno de los retos más importantes es el financiamiento de los proyectos a mediano y largo plazo, para que esta participación continúe y se garantice el retorno de la inversión, explica Arturo García Bello, socio líder de la Industria de Energía y Recursos Naturales de Deloitte México.

En este sentido: ¿podrán llevarse a buen puerto las iniciativas privadas en el sector, con el objetivo de incrementar la capacidad instalada del país? 

73,538

GW

se generaron en México por medio de energías limpias en 2018

Velocidad a la baja 

En los últimos años, México ha sido un imán para la inversión extranjera y de la banca en proyectos de energía renovable, gracias a la eliminación de los costos y a la Reforma Energética. En términos de la generación de energía eléctrica, hasta 2018, 77% fue por medio de tecnologías convencionales y 24% por energías limpias. 

Esto equivale a 243,740 Gigavatios (GW) y 73,538 GW, respectivamente. Para Oscar Silva, socio líder del Área Global Strategy Group de KPMG México, la situación de México no es mala, sobre todo si se compara con la de otros países. Sin embargo, aclara que el entorno económico viene desacelerándose, y es posible que el sector energético no tenga el mismo crecimiento de los últimos años. “Si a esto le sumamos que no hay subastas, es altamente probable que no haya el mismo crecimiento que habíamos visto desde 2013”, agrega el especialista.

Sin embargo, Silva menciona que este fenómeno será temporal y que, eventualmente, el sector energético retomará su camino. “En el mediano plazo, creemos que sí podremos cumplir las metas, por los avances que se tuvieron”.




Proyectos en marcha 

La muestra de que no todo está perdido son empresas privadas como Bravos Energía y Vitol, las cuales anunciaron que están integrando sus propias plataformas para realizar concursos eléctricos a largo plazo. La finalidad es reunir a compradores y vendedores a través de contratos que cumplan con lo establecido en la Ley de la Industria Eléctrica. Se espera que se instalen 745 MW más, sobre todo dirigidos a manufactureras, producto de esa iniciativa. 

“Podremos ver una afectación si es que las subastas privadas no sustituyen a las públicas y si las públicas no se reanudan, que es una posibilidad de la que se ha hablado”, dice García Bello. Actualmente, aún no hay planes específicos para retomar las actividades del sector. 

Por su parte, Silva de KPMG dice que hay suficientes proyectos en el horizonte, producto de las subastas previas. “Todavía falta por implementar proyectos que vienen de las subastas anteriores y serán parte importante de la capacidad, sobre todo en 2020. Todos tienen la obligación de generar energía”. 

Algunas de las obras que destacan son la planta solar de Enel en Villanueva, Coahuila, que ya está en operación y con capacidad de 828 MW; Cubico Sustainable y Alten con el proyecto Solem I y II, de 326 MW; Acciona con el proyecto de Puerto Libertad, en Sonora, de 404 MW; Zoom Energía con el Parque Eólico Reynosa, de 424 MW; NEOEN, con el Parque Solar el Llano de 375 MW, y el consorcio Mitsui con el proyecto La Calera, estos dos últimos en construcción. Está también Iberdrola, que invertirá 30 millones de pesos en la Husateca Potosina para electrificar a comunidades rurales con energía solar.


Retos a futuro 

García Bello de Deloitte explica que uno de los grandes retos es el mantenimiento y la expansión de la infraestructura. “Las líneas de transmisión requieren un mayor mantenimiento, o que se construyan nuevas para que todo el país esté mejor conectado, porque hay zonas que están congestionadas. Aunque generemos más energía, si no hay cómo distribuirla, habrá problemas”. 

El experto agrega que, por lo pronto, no hay ningún programa en marcha del gobierno para atender esta problemática, y la iniciativa privada está a la espera.

745

MEGAVATIOS

se instalarán con los concursos eléctricos de BravosEnergía y Vitol

La Asociación Mexicana de Energía estima que se requieren inversiones por 100,000 mdd entre 2018 y 2032, para la generación, transmisión y distribución de energía en el país. Esto equivale a casi 7 mdd en promedio al año. 

Para los próximos 14 años se prevé que la demanda aumente 3.2% en promedio anual, aunque con picos de 3.9% en algunas regiones del país, un dinamismo superior al de la economía nacional, que solo registró un crecimiento de 0.1% durante el tercer trimestre del año. 

“La CFE no será capaz de atender todas estas necesidades de la población y de la industria, por lo que se requieren más inversiones de la iniciativa privada y retomar las subastas de energías limpias”, dice Ramses Pech, socio de Caraiva y Asociados. 

Oscar Silva agrega que, más allá del reto económico, que impactará a todos los sectores, el principal desafío es que los mecanismos gubernamentales no se convierta en un obstáculo para el desarrollo. 

Para el socio líder de KPMG, lo que realmente está en juego no son las metas de energía renovable. “Yo iría más allá de eso, si no retomamos las subastas y mejoramos la infraestructura, lo que se puede retrasar es el desarrollo del país, y eso debería estar en primer término, antes de pensar en las energías limpias”, concluye.


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