Los países más pobres del mundo dedican actualmente más de una décima parte de sus ingresos por exportaciones al servicio de la deuda externa, la proporción más alta desde el año 2000, indicó el martes el Banco Mundial en su informe anual sobre la deuda internacional.
El sobreendeudamiento es mayor a medida que los países descienden en la escala de riqueza, ya que los más pobres han aumentado su deuda en la última década a un ritmo mucho más rápido que otras economías.
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La deuda externa se duplicó hasta alcanzar los 9 billones de dólares entre las economías en desarrollo, pero los miembros de la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el brazo del Banco Mundial destinado a ayudar a los países más pobres, vieron cómo su deuda casi se triplicaba hasta alcanzar el billón de dólares.
El servicio de la deuda externa de los países elegibles para la AIF alcanzó los 46 mil 200 millones de dólares a finales del año pasado, alrededor del 10.3 por ciento de sus exportaciones de bienes y servicios. En 2010, la cifra se situaba en el 3.2 por ciento, según el informe.
"La crisis de la deuda a la que se enfrentan los países en desarrollo se ha intensificado", afirmó en un comunicado el presidente del Grupo del Banco Mundial, David Malpass. "Se necesita un enfoque global para reducir la deuda, aumentar la transparencia y facilitar una reestructuración más rápida".
Los planes para aliviar el pago de la deuda no son nuevos. En 2020, se estableció la iniciativa de suspensión del servicio de la deuda (DSSI, por sus siglas en inglés), después de que las consecuencias de la crisis del covid-19 hundieron la economía mundial. La DSSI permitió a 48 países aplazar unos 8 mil 900 millones de dólares en el servicio de la deuda hasta 2021.
Sin embargo, según el informe del Banco Mundial, se trata sólo de una pequeña parte de los 99 mil millones de dólares en servicio de la deuda que los países participantes pagaron a pesar de todo.
Se prevé que los pagos de la deuda pública de los países más pobres del mundo aumenten 35 por ciento este año respecto a 2021, hasta unos 62 mil millones de dólares, mientras se espera que los pagos de los próximos dos años sigan siendo elevados, en parte debido al aumento de las tasas de interés y al debilitamiento de las divisas.
Ghana, que junto con Sri Lanka y Zambia se enfrenta a una revisión de su deuda, vio cómo sus pagos de intereses subían hasta situarse entre 70 por ciento y 100 por ciento de los ingresos públicos, declaró a principios de esta semana el ministro de Finanzas, Ken Ofori-Atta.
El Banco Mundial también señaló la urgente necesidad de aumentar la transparencia de la deuda para ayudar a los países a gestionar el riesgo y acelerar la revisión de la deuda cuando sea necesario. Sin embargo, el propio Sistema de Notificación de la Deuda del Banco Mundial, una base de datos sobre préstamos creada en la década de 1950, presentaba importantes lagunas en cuanto a los préstamos de las empresas estatales.
El informe también confirmó el cambio en la composición de los acreedores.
A finales de 2021, 61 por ciento de la deuda pública y con garantía pública de los países de ingresos bajos y medios se debía a acreedores privados, frente al 46 por ciento en 2010.
En el caso de los países que pueden acogerse a la AIF, la proporción de acreedores privados se multiplicó por cuatro desde 2010, hasta alcanzar 21 por ciento en 2021, mientras que la relación entre la deuda externa y la renta nacional bruta (RNB) pasó de 20 por ciento al 36.2 por ciento en el mismo periodo.
srgs