En una aparente alusión a General Electric (GE), Joe Kaeser, el director ejecutivo de Siemens, dijo el martes pasado que algunos competidores “experimentaron lo que pasa cuando se quedan sin opciones” y que él tenía que ser proactivo para evitar ese destino.
En los últimos dos años, GE ya destituyó a dos directores ejecutivos, redujo su dividendo dos veces y emitió una depreciación de 23,000 millones de dólares (mdd), lo que aumentó el escepticismo de los inversionistas sobre los beneficios del modelo de conglomerado.
La compañia va a escindir su división de gas y electricidad que asumirá la participación mayoritaria de 59% en Siemens Gamesa, su división de energía renovable, permitiendo que la nueva escisión “satisfaga plenamente la demanda de los clientes” con una gama de ofertas.
La nueva compañía va a emplear a 80,000 personas y será responsable de 30,000 millones de euros (mde) en ingresos. El plan es forjar la unidad combinada, otorgarle una independencia plena y realizar una salida a bolsa en septiembre de 2020, en la que Siemens va a ceder su participación mayoritaria, pero “se mantendrá como un fuerte accionista ancla”.
Kaeser dijo que las distintas divisiones de Siemens deben operar como una flota de barcos en lugar de un enorme buque petrolero.
Su unidad de energías renovables, Siemens Gamesa, ahora cotiza en Madrid y su división Healthineers en Frankfurt. Un plan para fusionar su división ferroviaria con Alstom y luego salir a Bolsa en París se topó con un obstáculo en febrero, cuando las autoridades antimonopolio de Bruselas se manifestaron en contra del acuerdo.
Siemens dijo que su objetivo era alcanzar 2,300 mde en ganancias de eficiencia estructural, incluyendo alrededor de pérdidas de alrededor de 10,000 puestos de trabajo, pero agregó que los empleos deberían aumentar en un neto de 10,000 cuando el negocio cambie hacia “campos orientados al futuro”.
La división de gas y electricidad desde hace años tiene dificultades. La utilidad de la división se desplomó 75% el año pasado a 377 mde, y Siemens culpó a los “excesos de capacidad estructurales y al agresivo comportamiento de la competencia”.
La unidad de energía renovable que asumirá, en contraste, registró un aumento de 43% en sus utilidades para llegar a 483 mde. Jim Snabe, su presidente, calificó el movimiento “como necesario y valiente”. Los representantes de los empleados en el Consejo de Administración se sumaron al apoyo, pero mencionaron que la dirección tenía una responsabilidad especial para retener a los empleados y ofrecerles capacitación adicional cuando sea necesario.
“Si el Consejo de Administración toma en serio el concepto de crecimiento, esperamos que la experiencia de los empleados se conserve en la empresa y que se desarrolle o amplíe ayuda de la digitalización”, dijeron representantes de los trabajadores en un comunicado de prensa. “Rechazamos los programas poco imaginativos de recortes de empleos”.
La escisión es parte de un plan más general para que Siemens mejore su enfoque y su rentabilidad. El grupo ahora fija la mira en lograr un margen de utilidades de entre 14 y 18% en el largo plazo, en comparación con el margen de 11.3% que logró el año pasado.”