Ante la situación económica de las familias, en los hogares del estado de Puebla 78 por ciento de los hogares carece de la posibilidad para comer frutas y verduras todos los días de la semana; mientras que 31 por ciento consume una alimentación que no es nutritiva.
De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 (IEPDS 2022), realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), dado el contexto económico adverso, específicamente en lo relacionado con el alza de la inflación en el país, así como de la reducción del ingreso corriente total promedio trimestral, las familias enfrentan problemas para garantizar el acceso a los alimentos de la canasta básica y a una dieta saludable.
La reducción de ingresos que muchas personas han experimentado a consecuencia de la emergencia sanitaria se acompañó de la disminución del gasto en alimentos, lo que se traduce en que las familias pudieron restringir el consumo de alimentos con el propósito de asegurar una mayor duración de reservas, afectando tanto la cantidad como la calidad de los alimentos que podían adquirir.
En el marco de la pandemia de la covid-19, las entidades en las que se presentaron las mayores disminuciones del porcentaje en hogares con seguridad alimentaria y dieta diversa fueron: Quintana Roo con una caída de 16.5 puntos porcentuales; Tlaxcala, 9.8 puntos porcentuales; Ciudad de México, 8.2 puntos porcentuales; y Puebla, 7.3 puntos porcentuales.
En promedio, a nivel nacional, menos de una cuarta parte de la población, 23 por ciento, vive en hogares donde se consume diariamente frutas y verduras. En el caso de Puebla, 22 por ciento de la población habita en casas en las que se puede consumir todos los días frutas y verduras, es decir, en 78 por ciento, no está garantizado el consumo de alimentos nutritivos de forma diaria.
El estudio destaca que la pandemia por la covidd-19 trajo consigo el cierre de escuelas y la consecuente suspensión de actividades presenciales, como medidas de contención de los contagios; al respecto, se estima que, como resultado de ello se den posibles retrocesos en el combate a la malnutrición infantil, tanto por desnutrición como por obesidad, lo anterior debido a que en algunos centros educativos se distribuían alimentos y se realizaban controles de salud.
“En México, de 2018 a 2020, aunque la prevalencia de baja talla, bajo peso y emaciación tuvo un ligero descenso en niñas y niños menores de cinco años, el sobrepeso y la obesidad se incrementaron en 1.6 puntos porcentuales. Además, entre 2018 y 2020 se incrementó la proporción de población de niñas, niños y adolescentes con carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad”, destaca el análisis.
A nivel nacional, las entidades con mayor proporción de hogares sin acceso a una alimentación nutritiva son: Tabasco con 43.3 por ciento; Guerrero, 36.1 por ciento; Oaxaca, 33.3 por ciento; Tlaxcala, 32.9 por ciento; y en quinto lugar aparece Puebla con 30.8 por ciento.
Ante los problemas para una alimentación nutritiva en los hogares, en Coneval resalta la necesidad de implementar estrategias encaminadas a reducir la incidencia de obesidad y sobrepeso con énfasis en el grupo de niños, niñas y mujeres adultas. “En este sentido, las acciones se deben dirigir a la promoción de la alimentación sana, actividad física y reducción del sedentarismo”.
CHM