Tras el sismo de 2017 se limitó la construcción y disponibilidad de vivienda en la Ciudad de México, que combinado con el proceso de gentrificación, ocasionó el repunte en el costo de la renta en la capital, que según expertos consultados por MILENIO es de 40 por ciento en el último año.
Los especialistas refieren que el sismo de intensidad severa, que derribó 52 edificaciones en zonas como la Roma y Condesa, aceleró la expulsión de personas que vivían tradicionalmente en estas ubicaciones, permitiendo que las nuevas obras hechas por empresas privadas y con costos más elevados fueran tomados por extranjeros o población de altos ingresos.
“Estas colonias, por la oferta de servicios y comercios, son ubicaciones que generan muchísimo interés para los habitantes capitalinos, como para externos que llegan a vivir acá”, mencionó a MILENIO Juan Vargas, director general del portal inmobiliario Propiedades.com.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) antes del temblor se habitaban anualmente más de 32 mil viviendas anuales, tras el sismo de 2017 esto se redujo a 30 mil.
De acuerdo con un estudio realizado por Luis Alberto Salinas Arreortua, investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pasó algo similar en 1985, tras el sismo del 19 de septiembre, evento en el que se cayeron 371 inmuebles, y fueron expulsados los habitantes de la Condesa a Polanco, Tecamachalco, Interlomas y Bosques de las Lomas.
“Como la Condesa siempre es atractiva (por sus áreas verdes, espacios públicos y arquitectura art decó y art nouveau) mucha gente, entre ellos vecinos cercanos, comenzaron a revitalizarla; se fueron a vivir ahí y abrieron negocios de comercio tradicional”, expuso.
Mientras, un trabajo de estudiantes de la Universidad Autónoma del Estado de México apuntaron que de igual forma se creó un flujo importante de nuevos residentes permanentes y eventuales de origen extranjero.
“En este recambio socioespacial, los propietarios y desarrolladores inmobiliarios vieron la oportunidad de renovar y refuncionalizar las antiguas edificaciones y de hacerlas más rentables. Adecuaron su diseño y su uso al perfil de la demanda de la nueva población objetivo”, expusieron en su trabajo.
Menos licencias
El socio director de Softec, Gene Towle, afirmó que este escenario de encarecimiento de la renta es por menor oferta de vivienda y mayor demanda de arrendamiento, principalmente extranjeros tras la pandemia.
“Hace cuatro años las licencias para construcción de casas estaba en una cifra de mil 200 y posteriormente se pasó a menos de 200, hay un colapso al respecto que está teniendo un efecto en la industria”, expuso el directivo.
Comentó que el fenómeno de la gentrificación y las plataformas de Airbnb mostraron demanda muy grande que impactó en los precios.
“Como inversionista si compras una casa para arrendarla, la vas a pagar en el precio que tenga que ver con lo que te costó”, señaló.
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