El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) busca reforzar su seguridad aérea con un sistema antidrones basado en sensores, para evitar que aeronaves no tripuladas obstaculicen el aterrizaje y despegue de los aviones, con el fin de prevenir accidentes en la terminal capitalina.
El sistema incluye la aplicación de alertas automáticas en la consola de control en tiempo real, las 24 horas del día, de los 365 días del año. Sustituiría a los radios portátiles y de base, así como las unidades móviles, elementos que son utilizados actualmente para tal fin.
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Por lo anterior, el aeropuerto capitalino solicitó a la federación más de 93 millones de pesos para la adquisición de este equipo de seguridad, el cual ofrece respuesta inmediata y la supervisión total del espacio aéreo.
“(El AICM) requiere contar con un espacio aéreo que debe mantenerse libre de obstáculos alrededor de su poligonal, para que puedan llevarse a cabo con seguridad las operaciones aeroportuarias previstas. El espacio es necesario para garantizar la continuidad de las operaciones, así como la seguridad de las aeronaves y de los usuarios a bordo de ellas, mitigando el riesgo de suspensión de los vuelos”, explicó el Aeropuerto Internacional Benito Juárez, en un oficio enviado a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El proyecto comprende la adquisición e instalación del sistema de vigilancia dentro del poligonal del aeropuerto, así como la infraestructura de obra civil, telecomunicación y de suministro de energía eléctrica que hace posible su operación.
“El sistema provee alertas automáticas en la consola de control que informan a los operadores del sistema. La consola de control les provee a los operadores información en tiempo real, estadísticas y una base de datos histórica”, explicó.
Para la aplicación de los jammers (inhibidores de señal), se llevarán a cabo los procedimientos correspondientes para la obtención de las autorizaciones por parte de las Secretarías de la Defensa Nacional, así como de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
De acuerdo con el documento, el sistema garantiza el 100 por ciento de la cobertura de los 75 kilómetros cuadrados que conforman la superficie horizontal interna del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la capital del país.
Además, incluye la instalación, configuración y puesta en marcha, soporte técnico remoto, capacitación in situ, actualizaciones del software, base de datos y actualizaciones de análisis avanzado y predictivo.
El informe destacó que el aeropuerto capitalino atiende una alta cantidad de operaciones a diario, por lo cual requiere contar con un espacio aéreo libre de obstáculos, para las maniobras correspondientes al aterrizaje y despegue de aeronaves.
“El espacio es necesario para garantizar la continuidad de las operaciones, así como la seguridad de las aeronaves y de los usuarios a bordo de ellas, mitigando el riesgo de suspensión de los vuelos”, expuso.
El documento agregó que el AICM es el principal aeropuerto del país, con cerca de 21 millones de pasajeros al año, es decir, más de 60 mil al día, en promedio. De ellos, el 73.6 por ciento son viajes nacionales y 26.4 por ciento internacionales.
Consecuencias de un dron en el espacio aéreo
Un dron es capaz de perforar la estructura de un avión, si es que chocan en el aire, y puede dañar los motores. A medida que el tamaño de la aeronave no tripulada aumenta, mayor será la afectación, dado que puede doblar o romper un aspa, o incluso desequilibrar el motor, de acuerdo con investigaciones científicas.
En México hay un antecedente de este tipo. A finales de 2018, un dron impactó a un Boeing 737 de Aeromexico, cuando estaba a punto de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Tijuana, ocasionándole daños en la parte frontal.
Un año antes, en Quebec, Canadá, otro dron se estrelló contra un avión comercial de la aerolínea Charter Skyjet, provocando daños en una de sus alas. Casos similares también han ocurrido en aeropuertos de España e Inglaterra.
Un grupo de científicos de la Universidad de Dayton, hicieron una simulación respecto al choque entre un avión y un dron. Dirigieron una aeronave no tripulada (DJI Phantom 2) hacia un avión comercial. El resultado fue que el dron penetró el ala sin mayores complicaciones y se incrustó en su interior.
Consultado por MILENIO, el director técnico de ASPA México, Hilario Castillo, ejemplificó que, si un ave puede dañar un avión, con mayor razón lo puede hacer un dron.
“El dron, por la velocidad que tiene el avión, o cualquier aeronave, a mayor velocidad el daño, obviamente, el impacto es de más gravedades, esto así funciona.
"Si un par de pájaros de dimensiones pequeñas que no son de metal, llegan a dañar en sí los motores, llegan al motor y pierdes el motor, tienes que aterrizar el avión con un motor menos.
"Yo te lo traduciría, si fueran uno o dos drones, o los pedazos de alguno inclusive, entonces el riesgo realmente es alto si se llega a impactar con alguna aeronave en una zona de alta congestión de tráfico aéreo”, explicó.
El especialista alertó que es un riesgo que un dron invada el espacio aéreo de cualquier aeropuerto del mundo.
“Pensémoslo como un objeto, entonces, al colisionar con la aeronave, es como en el automóvil, cualquier objeto, por el tamaño y la velocidad con la que impacta el automóvil, por poner un ejemplo, sí podría ocasionar potencialmente un daño, dependiendo obviamente en qué parte le impacta al automóvil.
"Sí es un riesgo, pero dependiendo del cómo y qué se llegue a dar el encuentro con la aeronave no tripulada o el dron, qué tipo de dron sea, sí existiría un riesgo potencial de un tema con la aeronave”, expuso.
El capitán Castillo Chávarri señaló que es importante que se regule la interacción de los aviones con drones, para evitar accidentes en las terminales.
FS