Eric Rosas Solís, vicepresidente Internacional de la Comisión de Óptica, señaló que con la entrada en vigor de las nuevas definiciones del Sistema Internacional de Unidades, México tendrá oportunidad de disminuir el error y quitar la incertidumbre; es decir, adicionar exactitud en la medición del comercio internacional, especialmente, en el Tratado de comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
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“En todos los instrumentos existe una clasificación, por ejemplo, hay pesas que tienen un alta exactitud y hay otras que no, las normas lo que hacen es seleccionar cuáles de estas clases cumplen con las condiciones metrológicas suficientes para entregar el producto o el servicio dentro de algunas tolerancias”.
En conferencia de prensa, indicó que el T-MEC incorpora muchos aspectos novedosos respecto de su versión anterior, entre ellos las nuevas tecnologías y los nuevos sectores que deslizan de manera oculta vehículos autónomos, la computación cuántica y la explosión de otras aplicaciones de la fotónica como la optimización de la luz para desarrollar las celdas fotovoltaicas, las lámparas de led, la fibra óptica para telecomunicaciones, el 5G, el internet de las cosas, teléfonos inteligentes o video cámaras.
“Por ello las nuevas cantidades servirán de respaldo metrológico a todo el comercio internacional, de tal suerte que mediremos cuestiones inimaginables como restos de contaminantes en los alimentos, los sembradíos, restos o trazas de fertilizantes o insecticidas en productos como el tomate, con base en las distintas regulaciones de los países que hacen alianzas comerciales, es que se puede imponer un arancel”.
En los últimos días –agregó- se ha registrado un alza de aranceles al acero y el aluminio, sin embargo, persisten otros aranceles al tomate mexicano de 17.5 por ciento, cuyo sector genera más de 80 mil directos y 360 mil indirectos que está siendo afectados, y podrían ser resueltos si tenemos una mayor infraestructura para la medición de estas sustancias que, por normas sanitarias, pueden ser rechazados.
Ante economías como Estados Unidos y Canadá –apuntó- es importante que México tenga una infraestructura metrológica secundaria sólida que esté respaldada por este sistema de unidades.
LC