Los costos laborales que enfrenta México mantendrán un incremento en lo que resta de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador hasta 2024, indicó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp).
En un análisis, el organismo detalló que los costos laborales que enfrentan las empresas se han elevado sustancialmente en los últimos años y pueden aumentar más.
“La preocupación es que esto sucede al tiempo en que el país requiere la reactivación económica después de la desaceleración de 2019 y los efectos del covid-19 y ante las perspectivas recesivas de la economía global ligadas a la inflación y las tensiones geopolíticas de la actualidad”, destacó el Ceesp.
En este contexto, los mayores costos laborales representan un obstáculo para la recuperación sólida, en especial de las pequeñas y medianas empresas (pymes) y, por tanto, del empleo y del bienestar social.
Además, en la medida en que los costos laborales crezcan en mayor proporción que los totales se alimentan las presiones inflacionarias, ya que lo natural es que las empresas intenten compensar esos costos con aumentos de sus precios a fin de evitar pérdidas.
El Ceesp señaló que, tomando en cuenta la dinámica de los costos laborales de los primeros cuatro años de la actual administración, los costos laborales se habrán elevado en mayor proporción que los costos totales de las empresas entre 2018 y 2024.
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De acuerdo con la estimación, los costos laborales pasaron de representar 10 por ciento de los costos totales en 2018 a 14 por ciento en 2022.
Hacia adelante, el organismo espera que en 2023 y 2024 los costos laborales continúen aumentando en mayor medida que otros costos y en términos reales. Por una parte, están las revisiones de salario mínimo y las aportaciones de las empresas al retiro de los trabajadores, que para 2023 comenzarán a aumentar en un punto porcentual del salario, conforme a la reforma al sistema de pensiones contributivas del sector formal de 2019.
El aumento de los costos laborales tiene implicaciones importantes para la economía, particularmente en la situación actual cuando su reactivación es evidentemente necesaria.
Además, en la ausencia de ganancias de productividad, como indican las estimaciones de los últimos años, así como el efecto de la pandemia, las empresas pierden competitividad, indicó el Ceesp.