A pesar de que el concurso mercantil es una herramienta poco utilizada por las empresas en México, en lo que va de 2021 se ha observado que las compañías han recurrido al procedimiento para hacer frente a los efectos económicos de la pandemia y las expectativas son que el número de recursos aumente en los próximos meses, señaló el director general del Instituto Federal de Especialistas de Concursos Mercantiles (Ifecom), Edgar Bonilla.
En entrevista con MILENIO, indicó que a pesar de los efectos económicos provocados por la pandemia, en temas de concurso mercantil en 2020 no hubo una variación importante, ya que en 2019 se registraron 39 concursos y en 2020 fueron 32; no obstante, en los primeros dos meses y medio de 2021 la cifra suma 12, casi 40 por ciento de los registrados el año pasado.
De los 12 concursos registrados en los primeros meses de 2021, dos corresponden a Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes), tres a empresas del sector energético y el resto a diversos sectores, como comercializadoras y otros de la industria en general.
“El argumento que han expresado las empresas para estar en concurso es particularmente la pandemia que ha evitado generar mayores ingresos para su operación, estar limitadas para seguir generando riqueza y eso por el momento no les va a permitir salir adelante, salvo que tengan un impasse o que se detenga el cobro de sus acreedores para poder reorganizarse”, refirió el directivo del Ifecom.
El concurso mercantil es un recurso legal al que pueden acceder las empresas para entablar negociaciones con sus acreedores cuando sus deudas son tan grandes que les es imposible seguir al corriente con sus pagos conforme se van venciendo.
Para acceder al recurso, el artículo 10 de la Ley de Concursos Mercantiles establece que se deben tener dos acreedores (deudas) con por lo menos 35 días de haber vencido y que representen 35 por ciento o más de todas las obligaciones de pago de la firma.
Se puede acceder de dos formas: una empresa puede ir a concurso o un acreedor puede demandar para que vaya. Otra forma es no tener activos suficientes para enfrentar 80 por ciento de las obligaciones vencidas líquidas o exigibles.
Sin embargo destacó, México está muy lejos de avanzar en el desarrollo de la figura del concurso mercantil ya que, por ejemplo, en España se registraron alrededor de 25 mil concursos en el último trimestre de 2019, y si bien esta cifra incluye reestructuras de personas físicas, al menos 5 mil fueron empresas que utilizaron esta figura.
“Espero que los empresarios vean el concurso como una herramienta útil para poder reorganizarse en términos económicos. Mi expectativa es que en el segundo trimestre este año sí tengamos un aumento considerable de concursos y, tomando en cuenta que vienen fechas complejas porque las empresas tienen que hacer su declaración anual”, concluyó el directivo.
Empresas del Estado
Las empresas del sector energético que han recurrido a esta herramienta, indican que la causa principal de sus problemas financieros es la falta de pago de su principal acreedor, que es Petróleos Mexicanos (Pemex), lo que ha generado una afectación económica en sus finanzas; además, un caso muy sonado fue el de las filiales de Altos Hornos de México (Ahmsa).
“El primer argumento de estas empresas (filiales de AHMSA) que fueron a concursos mercantiles es porque la Comisión Federal de Electricidad (CFE) había determinado una reducción importante en la compra de carbón, entonces, casos como éste, principalmente por las paraestatales o entidades gubernamentales, es que no hay pago”, señaló Bonilla.
Agregó que otro caso muy conocido fue el de Oro Negro, que argumentó la reducción de algunas tarifas en términos de las rentas de las plataformas petroleras, por tal razón solicitó el concurso mercantil.
Explicó que no se trata solamente de firmas relacionadas con Pemex o las empresas productivas del Estado, pues mucho depende de cómo estén diseñadas.
Concurso mercantil, recurso poco utilizado
El concurso mercantil es una herramienta que permite hacer un rediseño de la estructura financiera de la empresa para que salga adelante, entre sus beneficios destaca que se detiene el cobro de cualquier acreedor y la deuda no genera un interés adicional, además de que se detienen acciones como un embargo; no obstante, en México es un recurso legal poco utilizado.
Edgar Bonilla explicó que esto obedece a varios razones, una de ellas es porque hay una mala concepción de la herramienta, pues se cree que cuando una empresa entra en concurso mercantil está en quiebra, y no es así, a lo que se suma que los procesos pueden ser muy largos y no necesariamente tan ágiles como quisiéramos o como se diseñó en la ley para que fuera ágil.
“Es un factor importante para que las grandes empresas no vayan a concurso mercantil y estén buscando otras formas de reorganizarse y no acceder a la vía judicial. Buscan otro tipo de herramientas como es platicar o renegociar directamente las deudas con los acreedores, que es algo muy normal y creo que la pandemia ha generado el que los acreedores sean un poco más conscientes y permitan una mayor flexibilidad para renegociar los créditos”, dijo.
Otra razón por la cual las empresas no utilizan el concurso mercantil es por el costo, ya que al inicio del proceso se debe garantizar mediante una fianza un pago de aproximadamente 150 mil pesos para los honorarios de una figura que se conoce como visitador, que es un contador un financiero que revisa que efectivamente la empresa se encuentra en los supuestos para estar en concurso. Este pago se realiza porque el visitador es un agente externo al poder judicial.
Posteriormente, mientras dura el proceso se tienen que pagar los gastos de los abogados y de los financieros que hagan la reestructura de la empresa, así como al conciliador y al síndico, quienes no cobran de manera fija como lo hace el visitador, pero sí cobran si hay activos en la empresa.