Este lunes el tipo de cambio se ubicó en 17.55 pesos por dólar, su nivel más bajo desde mayo de 2016. De acuerdo con Carlos Serrano economista jefe en BBVA México este último movimiento de apreciación del peso obedece a la publicación del dato de inflación de abril en Estados Unidos, que cayó a 4.9 por ciento.
En lo que va del año, el peso ganó 10 por ciento frente al dólar, como resultado no solamente de depreciaciones generalizadas de la moneda estadunidense, sino a que también tiene un mejor desempeño relativo frente a otras monedas emergentes, señaló Carlos Serrano.
“Se trata de un nivel que, si bien es todavía muy elevado con respecto a la meta de 2 por ciento, es bastante inferior al pico de 9.1 por ciento observado en junio pasado y que confirma que el proceso desinflacionario está en marcha”, explicó.
Agregó que esto refuerza la percepción de que el ciclo de subidas de la Reserva Federal concluyó y resultó en una depreciación generalizada del dólar.
¿Un peso fuerte?
Explicó que este comportamiento de la moneda nacional se debe al menos a tres factores, el primero, en un contexto en el que la mayoría de los países emergentes implementó fuertes expansiones fiscales para hacer frente a la pandemia, México decidió no tener una respuesta fiscal, por lo que nuestras cuentas fiscales lucen menos vulnerables.
“Con esto no quiero sugerir que se trató de una respuesta de política adecuada: por el contrario, me parece que México tenía espacio fiscal para dedicar recursos públicos a la protección temporal de los grupos más afectados por la contingencia sanitaria”, comentó.
Otro factor es que México es un país sin desequilibrios externos, con un moderado déficit de cuenta corriente que estimo cierre este año en alrededor de 1 por ciento del Producto Interno Bruto, menor al del resto de economías grandes de Latinoamérica y cuyo financiamiento no representa problemas, al grado que no se requieren flujos de portafolio para ello.
“En buena medida, este bajo déficit de cuenta corriente se explica por el importante crecimiento que han tenido las remesas, lo cual a su vez se explica por la fortaleza del mercado laboral estadounidense”, agregó el economista.
Por último el elevado diferencial de tasas de corto plazo entre México y Estados Unidos, que, ajustando por riesgo, hace a nuestro país uno de los países más atractivos para invertir en instrumentos de corto plazo.
“En lo que va del año la tenencia de Cetes por parte de inversionistas extranjeros ha aumentado en 2 mil 595 millones de dólares, alrededor del doble de las entradas a dichos instrumentos del año pasado”, destacó.
¿Qué va pasar con el tipo de cambio?
Carlos Serrano explicó que aunque es difícil de predecir, lo más probable es que el mejor desempeño frente a otras monedas emergentes siga, aunque pudiendo depreciarse un poco y terminar el año en niveles en torno a los 18.50.
Esto debido a que el diferencial de tasas entre México y Estados Unidos se reducirá ligeramente.
“Creo que el Banco de México (Banxico) ya no subirá la tasa en la reunión de la semana próxima y que el ciclo de bajadas comenzará antes”, estimó Carlos Serrano
Por otro lado, agregó que siempre existen riesgos como una caída significativa en los precios del petróleo, un conflicto en el seno del T-MEC o el surgimiento de un candidato a la presidencia con propuestas que impliquen el desanclaje de equilibrios macroeconómicos podrían resultar en depreciaciones mucho mayores, finalizó
AMP