Los buenos resultados que ha mantenido el peso mexicano frente al dólar en los últimos cinco meses, colocándose en máximos históricos no vistos desde abril de 2016, está poniendo en jaque al sector exportador al hacer más costosos los productos y empezando a causar ciertos estragos entre quienes envían remesas.
Esta mañana el peso mexicano llegó a los 17.14 unidades por dólar, pero no fue suficiente. Más tarde, la divisa tocó los 17.10 pesos por billete y a la espera del anuncio de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed).
En este escenario, Banco Base aseguró un peso mexicano fuerte puede hacer que los productos mexicanos sean más caros para los compradores internacionales. Esto puede llevar a una disminución en la demanda de productos mexicanos en el extranjero, ya que los consumidores pueden optar por alternativas más baratas de otros países.
El peso mexicano no se había apreciado tanto en un periodo de 5 meses desde diciembre del 2020, cuando acumuló una apreciación de 10.60 por ciento. La última vez que el peso se apreció 5 meses al hilo fue de marzo a julio del 2021.
De manera particular para las empresas exportadoras factores como la pérdida de competitividad, la reducción de márgenes, una menor demanda de productos y el impacto hacia sectores dependientes de las exportaciones son efectos que empiezan a perjudicar su operación y sus presupuestos.
Asimismo, los sectores de la economía mexicana que dependen en gran medida de las exportaciones, como la industria manufacturera y el sector agrícola, pueden verse especialmente afectados por un peso mexicano fuerte. La apreciación de la moneda puede limitar su capacidad para competir en los mercados internacionales y afectar negativamente su crecimiento y empleo.
Ante este entorno, si los exportadores no pueden aumentar los precios de sus productos en línea con la apreciación del peso, sus márgenes de beneficio podrían reducirse perjudicando la rentabilidad de sus operaciones y limitando su capacidad para invertir en el crecimiento y la expansión de su negocio.
“Un peso mexicano fuerte puede hacer que los productos mexicanos sean más caros en los mercados internacionales. Esto puede hacer que los exportadores enfrenten una mayor competencia de países con monedas más débiles y resulte en una pérdida de competitividad”, indicó el banco en un reporte este miércoles.
El caso de las remesas, una de las principales entradas de divisas al país y detonador de consumo, si el tipo de cambio continúa el resto del año en los niveles actuales, estas perderán 10.60 por ciento de su poder adquisitivo respecto al 2022, siendo la mayor caída de la cual se tenga registro.
Y es que, los mexicanos en Estados Unidos están mandando el mismo número de dólares y sus familiares reciben menos pesos.
MRA