Tras 26 años de operación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), este miércoles entró en vigor el nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el cual llega en un momento convulso para la economía, por lo que está lejos de ser la solución inmediata para detonar el crecimiento del país, como confían las autoridades federales, y requerirá más que nunca de certeza para las inversiones, coincidieron empresarios y especialistas.
“El tratado no es un milagro, no se va a implementar solo y a partir del primero de julio automáticamente todo está resuelto”, dijo Claudia Jañez, presidenta del Consejo Ejecutivo de Empresas Globales (CEEG).
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó el T-MEC como un "buen acuerdo" y celebró que "quedó a salvo el derecho a decidir" sobre el petróleo mexicano.
“Sí es un buen acuerdo y por eso voy”, dijo el mandatario sobre su visita a Washington, todavía sin fecha fija, para reunirse con su homólogo, Donald Trump.
Para la secretaria de Economía, Graciela Márquez, el acuerdo negociado durante casi tres años será clave para la recuperación económica del país, que es afectada por la pandemia del covid-19 y que según el Fondo Monetario Internacional (FMI) caerá hasta 10.5 por ciento este año.
“Será la herramienta para impulsar la recuperación económica en la etapa del post covid-19”, dijo en videoconferencia y confió en que lo firmado “se traducirá en más y mejores empleos en los tres países, además de expandir el desarrollo regional y la creación de empleos, particularmente en las regiones del sur-sureste de México”
Sin embargo, para que esto se logre será fundamental que el país cumpla con lo acordado, coincidieron empresarios y especialistas consultados por MILENIO.
Jañez insistió mantener una visión de país a largo plazo, generando certidumbre, con un estado de derecho claro, lo que implica respetar las reglas.
“Yo creo que al tener un tratado moderno, que incorpora nuevas reglas del juego, las tenemos que aprovechar muchísimo mejor”, consideró la presidenta del CEEG, cuyas 53 compañías aportan 10 por ciento del PIB, 11 por ciento de las exportaciones, 40 por ciento de la Inversión Extranjera Directa (IED) y 500 mil empleos directos.
En esto coincidió el ex jefe de la negociación Técnica para el TLCAN, Kenneth Smit, al afirmar que es fundamental no tener retrocesos o posibles violaciones al tratado; “que por un lado, pueden generar paneles arbitrales, demandas directas a los inversionistas afectados y podría ser muy costoso para el gobierno enfrentar demandas, además de que afectaría la competitividad y la atracción de inversión”.
Por su parte, el economista en Jefe de la American Chamber of Commerce/México (Amcham), Luis Foncerrada, afirmó que uno de los principales retos del país será garantizar que los contratos se respeten y ejecuten, para lograr que la inversión fluya sin contratiempos.
“El T-MEC es un componente, sí necesario, pero no es mágico; no lo va a resolver por sí solo. Es necesario y poderoso si lo aprovechamos bien, pero no es suficiente si no agregamos otros componentes. Si no tengo confianza como inversionista no entro a comprometerme, ni pongo en riesgo mi tiempo, ni mis recursos, mucho menos la cadena de valor en la que estoy inserto, que es donde va a salir mi producto final y mis ventas. En un proceso de inversión hay muchos riesgos como para tomar otro que fuese el incumplimiento de las reglas, ese es grave y sin duda inhibiría fuertemente las decisiones”, afirmó.
Por su parte el Presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), Luis Rubio, señaló que el nuevo tratado funcionará si crece la inversión, y para eso se requieren de reglas certeras.
“Se requiere reglas claras, promoción de la inversión, despolitizar las reglas para la inversión y políticas de continuidad clave para el funcionamiento de las empresas. La economía no crece si no hay certidumbre del gobierno, la suma es que hay dos lados: uno se consuma el 1 de julio, el otro, es el que sigue para lograr que se cumplan los objetivos”, resaltó.
Claroscuros
México tiene el objetivo de atraer 20 mil millones de dólares en inversión, equivalente a 25 por ciento de las hechas por Estados Unidos en China en los últimos 10 años, según la Comisión de Comercio Exterior de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin).
Paralelamente el T-MEC trae retos en los nuevos derechos laborales, las reglas de origen de la industria automotriz, el comercio electrónico y la internalización de las nuevas regulaciones en las empresas.
López Obrador celebró la inclusión de derechos laborales en el tratado comercial; “que se proteja a los trabajadores, que haya democracia sindical”; sin embargo es justo una de las mayores preocupaciones para los empresarios, ya que los incumplimientos a las nuevas normas laborales y sindicales podrían implicar sanciones comerciales e incluso el embargo de algunas mercancías en la frontera.
Kenneth Smit anticipa que una de las áreas donde existe mayor posibilidad de disputas es justo en el tema laboral, sobre todo porque EU está en año electoral y Trump intentará mandar una señal positiva a sus sindicatos antes de la elección presidencial.
Incluso Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía y quien encabezó la delegación mexicana durante las negociaciones comerciales, consideró que el encuentro entre los presidentes de México y EU, por el T-MEC, será aprovechado por Trump con fines electorales.
“Veo mucho riesgo de que Trump va a usar la visita en términos para ayudarse en su proceso electoral, pero creo que López Obrador tendrá instintos buenos para manejar esta visita”, dijo en videoconferencia.
MCM