1 Piérdete por horas en los museos de la ciudad. No te imaginas la cantidad de opciones que hay en las calles del Centro Histórico. Puedes llegar a pie a la mayoría de los museos y hay para todos los intereses.
2 Asómbrate de las vistas maravillosas en el Jardín de Piedras de Mexiquillo. Pocos lugares verás en la vida como este. No por nada es uno de los sitios más visitados del norte del país.
3 Diviértete como vaquero salido de una película del oeste, literalmente presenciarás escenas con actores profesionales en locaciones legendarias en Paseo del Viejo Oeste.
4 Disfruta del mezcal y la gastronomía duranguense en alguno de sus pintorescos restaurantes, existen para todos los gustos y presupuestos, desde negocios familiares de tradición hasta los más lujosos (fine dining).
5 Visita Nombre de Dios con parajes naturales extraordinarios, podrás degustar las típicas gorditas, conocer el proceso de elaboración del mezcal en las vinatas.
6 Aprecia la ciudad y las montañas que rodean a Durango desde su punto más alto a bordo del teleférico y disfruta de las actividades culturales que se llevan a cabo en los dos miradores que conecta.
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7 Lánzate del bungee a más de 100 metros de altura en medio de las montañas desde el Puente de Otinapa. En los centros de ecoturismo hay tantas actividades como las puedas imaginar.
8 Sal de fiesta, que en Durango hay ¡y bien! Puedes hacer tour cantinero o directamente ir en la noche a alguna de las terrazas chic que hay en el Centro Histórico. En esta ciudad no falta nunca la buena vibra y un excelente servicio.
9 Vence tus miedos y prueba el alacrán duranguense. Ya sea en mezcal o en algún platillo. Conoce la cultura que hay alrededor del alacrán y piérdele el miedo.
10 Explora la sierra y vive las experiencias y deportes que ahí se pueden realizar. Podrás pasear a caballo, andar en cuatrimoto y bicicleta, hacer rappel y tirolesa, ver las estrellas y aislarte por completo del ajetreo de la ciudad, en una cabaña.
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