El acuerdo comercial alcanzado con Estados Unidos “corrige los errores que México cometió en los últimos 22 años”, dado que fue benéfico para trabajadores del sector automotriz, industriales y de negocios, pero descuidó la sustentabilidad democrática y olvidó a “los perdedores”, dijo Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
En el marco de la Comida de los 300 líderes, el funcionario destacó que cuando Donald Trump llegó a la presidencia de EU buscó “atender a su base electoral” defraudada por la apertura comercial; ante eso México tuvo que conformar un equipo técnico, donde el presidente Enrique Peña Nieto llevó una conducción inteligente en la renegociación del TLCAN y “pintó la raya de la dignidad nacional, sin engancharse en las bravuconadas que pudieran poner en peligro el bienestar del país”.
Asimismo, destacó que en las últimas semanas la incorporación y liderazgo del gobierno de transición fue clave y definitiva, dado que logró “reactivar una negociación que parecía muerta, lo que fue posible gracias a que independientemente de algunas diferencias entre la administración saliente y la entrante se alinearon las prioridades del país, lo que envió al mundo un mensaje de certidumbre y visión de Estado”.
Destacó que la interrelación de los liderazgos dio forma a uno Estado que fue clave para proyectar la visión del país y la capacidad de México frente a un escenario disruptivo.
Guajardo recordó que el miércoles 26 de abril de 2017 recibió una llamada del canciller mexicano, Luis Videgaray, quien le informó que había un documento en el escritorio del presidente de EU con el que notificaría su salida inmediata del acuerdo con México y Canadá, por lo que se movilizó junto al sector empresarial para mantener un tratado fundamental para América del Norte.
“Hoy, a casi un año y medio de ese incidente, tenemos un entendimiento con EU que preserva el marco fundamental de nuestra relación comercial con ese país e incorpora nuevos elementos que fortalecen la realidad que hoy vive el mundo y Norteamérica”, dijo.
Destacó que México estaría profundamente equivocado si cree que los retos que enfrenta hoy en la relación con EU son solo el producto casuístico de la elección de 2016, dado que es la expresión de un problema mucho más profundo y disruptivo.
“Es un reto estructural, no transitorio. El genio se salió de la lámpara y tenemos que entenderlo, enfrentarlo y administrarlo, ya que no va a volver a ser exactamente como los últimos 20 años”, advirtió.
Indicó que al inicio de la renegociación del TLCAN, EU pretendía una muerte súbita cada cinco años, pero la propuesta de México fue un mecanismo de verificación; como resultado, habrá una revisión cada seis años y se relanzará de nuevo con una duración de 16 años.
“La nueva cláusula nos obliga a estarle dando mantenimiento para evitar la incertidumbre en la que nos encontramos”, dijo.
Explicó que en el sector automotriz se acordó una regla de origen más rígida y fortalecida, con la que el sector de autopartes se “congratula”, dado que ahora se requerirá que 75 por ciento de un automóvil se haga en América del Norte contra 62.5 del acuerdo original.
Para Guajardo, el entendimiento con EU no se limita a México, pues tiene implicaciones globales al mostrar que a través de un liderazgo certero, coordinado y con claridad de objetivos se puede negociar aún frente a un liderazgo que ha cambiado 180 grados.
“Este entendimiento puede impulsar a otros actores globales, como la Unión Europea y Japón, a encontrar un nuevo balance con EU”, puntualizó.
TLCAN olvidó por 22 años a los ‘perdedores’: Guajardo
La incorporación del equipo de AMLO “reactivó una negociación que parecía muerta”, señala.
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