A solo cuatro meses de haberse inaugurado las instalaciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y los distintos atractivos turísticos, familias y visitantes consideran que los museos y exposiciones que se ofrecen tendrán una mayor afluencia en los próximos meses.
Este fin de semana, el servicio del Turibus arrancó su nueva ruta desde la Ciudad de México con destino a los museos y exposiciones culturales aledañas al nuevo aeropuerto capitalino: el Museo de la Aviación Militar, el Museo del Mamut y la exposición del Tren Histórico Cultural, además de una visita guiada a la zona arqueológica de Teotihuacán.
La nueva ruta parte desde el Auditorio Nacional, donde los visitantes son acompañados en todo momento por un guía certificado por la misma Secretaría de Turismo (Sectur), viaje que MILENIO tuvo la oportunidad de recorrer de la mano con la “primera generación” de turistas.
“A nosotros nos pareció muy accesible, sobre todo que no tiene ningún costo, las niñas se interesaron en toda la información, les encanta. Si regresaría”, comentó María Leonor Franco, señora que visitó las exposiciones con familiares y tres niñas quienes no dejaron de sonreír en todo momento.
“Está muy bien cuidado, muy accesible, limpio, tiene su breve descripción, está muy bien la verdad”, comentó por su parte, María Elizabeth Becerril, señora que se sorprendió junto con su esposo del acervo histórico expuesta.
La ruta trazada para la visita para por Paseo de la Reforma, con pequeñas paradas en la fuente de la Diana Cazadora, el emblemático Ángel de la Independencia, la famosa plaza comercial Reforma 222, el incompleto monumento a Cristóbal Colón, la majestuosidad del Hemiciclo a Juárez y por último famoso zócalo del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En lo que parece un recorrido tradicional por las zonas más populares de la Ciudad de México, el guía ofrece los datos históricos, curiosos y más relevantes de cada una de las paradas; sin embargo, una vez llegando al centro capitalino el Turibus toma una nueva ruta: el norte de la ciudad con rumbo a la nueva obra emblemática del actual gobierno, el AIFA.
Con una hora de recorrido, y no 40 minutos como mencionó en algún momento el Presidente, el Turibus cruza los límites del norte de la ciudad, a través de los famosos Indios Verdes y se encamina de forma directa al Circuito Exterior Mexiquense, para arribar al municipio de Zumpango de Ocampo.
Antes del mediodía, con un sol resplandeciente y un calor vibrante por la zona árida en la que se encuentra desplegada toda la zona militar; el transporte turístico propiedad de la compañía ADO hace su arribo a las nuevas instalaciones aeroportuarias del Valle de México.
Afuera de las instalaciones, justo en los accesos de entrada para abordar se explica que este nuevo aeropuerto nace ante la saturación del actual aeropuerto en Ciudad de México y para satisfacer la demanda de pasajeros nacionales e internacionales. En este primer viaje turístico, los visitantes pueden apreciar que las operaciones aún son pocas, pues con apenas seis vuelos nacionales a Cancún o Tijuana, las aerolíneas Viva Aerobus, Volaris y Aeroméxico apenas cuenta con un par de rutas.
Tras 5 minutos otorgados para tomarse fotos al interior del aeropuerto Felipe Ángeles, los tiempos para acudir a los sanitarios o simplemente observar las operaciones, los visitantes tiene que abordar nuevamente el camión que los conducirá a las exposiciones que están alrededor, en el corazón de las instalaciones militares de Santa Lucía, y que en traslado no rebasa los 15 minutos de distancia.
Un viaje a la historia de México
La primera parada es el Tren Histórico Cultural. Un tren compuesto por tres vagones del siglo XX. Como testigo del desarrollo económico, este tren movilizó a cerca de 10 mandatarios presidenciales por toda la República; y ahora lleva a los turistas a un viaje en el pasado, pues al interior de cada uno están los muebles, comedores, salas de estar, sala de juntas y hasta dormitorios que utilizaron algunos ex presidentes.
En sus pasillos aún se puede encontrar mobiliario de madera, tapicería original, muebles de baño y hasta las cocinas donde se preparaba la comida de los mandatarios mexicanos. Sin flash y con señalamientos de “no tocar”, el tren aún conserva el espíritu revolucionario y las ideas de cambio que marcaron a México tras el fin de una época revolucionaria.
Sin embargo, el viaje al pasado se extiende con la llegada de la segunda parada: el Museo del Mamut y el Museo Paleontológico de Santa Lucía Quinametzin. En seis salas, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) cuenta la historia geológica de la región, todo sobre los mamuts, la biodiversidad de la zona, la interacción de los humanos con los mamuts, el imaginario cultural que generaron estos animales y la reproducción de los lugares de hallazgo.
Como la estrella prehistórica de esta exposición, la gente puede apreciar los esqueletos de mamut más completos del continente con las piezas originales exhibidas; además se exhibe una maqueta con los animales que habitaron la zona en el período pleistoceno: mamuts, elefantes, lobo terrible, camello americano, perezoso terrestre de Harlan, mastodonte americano, bisonte gigante, león americano sin melena, perezoso terrestre de Shasta y el poderoso tigre dientes de sable.
Casi al final del recorrido, pero no por ello menos importante, la Base Aérea Militar No.1 de Santa Lucía abre sus puertas, en dos horas de exposición a los visitantes que podrán “volar” al pasado de la mano con las aeronaves más importantes que México ha visto surcar en los cielos. Desde fotografías, videos, zonas interactivas e incluso la oportunidad de abordar un Hércules C-130, el Museo de la Aviación Militar (MUMA) expone aviones como 737-800NG, un Spartan CJ-27, un Casa 245 y hasta un F-5.
La última parada, el recorrido finaliza con un pequeño viaje a las pirámides de la zona arqueológica de Teotihuacán, complejo que concentra los edificios monumentales como La Ciudadela y el Templo de la Serpiente Emplumada, la Calzada de los Muertos y los conjuntos residenciales que la flanquean, las Pirámides del Sol y la Luna y el Palacio de Quetzalpapálotl.
Con una tarde que advertía fuertes lluvias al norte de la ciudad, el Turibus le da la espalda a la zona arqueológica pasadas las 5 de la tarde con regreso a Ciudad de México. Con las piernas cansadas, el recorrido finaliza con un nuevo aspecto de Santa Lucía, donde el futuro de los vuelos nacionales e internacionales se mezcla con los antepasados que forjaron la historia, cultura, riqueza y desarrollo económico de México.