Por: Antonio Hernández
Ilustración: Kathia Recio, cortesía de Nexos
Para entender el ahondamiento de la crisis deben incluirse en el análisis los contextos climáticos, de gestión y político. En el primero, las lluvias recientes han sido insuficientes para la recuperación de los almacenamientos; enseguida, la intervención sobre la regulación de las explotaciones de aguas para uso industrial y agrícola han sido tardías e insuficientes; y en el último, las respuestas del gobierno de Nuevo León transitan desde lo lento a la insensibilidad respecto a la participación ciudadana requerida para implementar medidas de crisis. Es necesario evaluar el vaciado de las presas en un contexto ampliado. Éste incluye las explotaciones de agua para usos industriales y agrícolas, pero también los dos alcances regionales desde donde se realiza el abastecimiento para consumos humanos: primero, el de los trasvases de agua a cien kilómetros de Monterrey (presa Cerro Prieto) desde las subcuencas de los ríos Pablillo y Hualahuises; y, segundo, el intrínseco a Monterrey, con la subcuenca del río San Juan. Sin entrar al fondo de las teorías donde se determina la inviabilidad de los trasvases entre cuencas, la provisión de agua para Monterrey desde Cerro Prieto se ve impactada por las explotaciones para usos agrícolas extensivos.