Por: Héctor Aguilar Camín
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
Este es uno de los propósitos rectores, si no el eje rector, del huracán de cambios legales, institucionales y presupuestales que ha echado sobre la República el gobierno que se proclama autor de lo que será la “Cuarta Transformación”, luego de sus tres primeras: Independencia, Reforma y Revolución. La consistencia del propósito es innegable, sus resultados inciertos. El balance exhibe rasgos indiscutibles de un cambio radical, pero no prometedor. Lo destruido hasta hoy es más que lo construido, los daños son más claros que los beneficios. Para seguir con la metáfora: muchas instituciones se están yendo al diablo, en efecto, sin que aparezca todavía la transformación prometida.