Por:Raúl Zepeda Gil y Mara Sánchez Correa
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
El Macayo es relevante porque controla la bifurcación del río Carrizal y del Samaria, ambos pertenecen al río Grijalba. Esta bifurcación también divide a Villahermosa, la capital del estado, de los pueblos chontales, los más pobres de la entidad. El huracán Eta dejó tanto al gobierno federal como al local expuestos frente a una decisión que desembocaría, en cualquiera de los casos, en una de las mayores tragedias por inundación en Tabasco: cerrar la presa por el lado este o por el oeste. La primera opción implicaría minimizar los daños en Villahermosa, la segunda, minimizarlos en el Tabasco de las comunidades indígenas. Se cerró entonces la presa por el lado del río Carrizal y se dejó a su suerte a los más pobres. Esto se agravó con la existencia de asentamientos irregulares por debajo del nivel del mar y la mala gestión en la urbanización del estado. Este tipo de decisiones ha dejado a Tabasco aún más frágil frente a los desastres hidrometeorológicos. Si bien, proteger al mayor número posible de ciudadanos de los efectos de las inundaciones debe ser el objetivo, lo único consistente en la gestión económica del estado es que esto no es lo primero que se tiene en mente cuando se trata de hacer política pública.