Por: Paulina Robles Rubio
Ilustración: Patricio Betteo, cortesía de Nexos
Algunos especialistas ubican la emergencia de los Nuevos Movimientos Sociales a partir de los años setenta. Entre las características que los diferencian de los movimientos “antiguos” es que sus motivaciones ya no están regidas necesariamente por el trabajo. Es decir que, a partir de la implementación de nuevas políticas económicas, las clases sociales se han diversificado tanto que ya no se puede hablar del “proletariado” de manera estricta; asimismo, la ciudadanía se ha vuelto más individualista y el tema laboral ya no es la única preocupación. El trabajo como un medio para definir a la sociedad y sus inquietudes ha perdido su preeminencia porque se ha incrementado la clase media y han tomado un lugar importante el sector de servicios, así como la economía ilegal, lo que provoca que el concepto sea cambiante.