Por: Aranxa Sánchez
Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos
La determinación adecuada de los precios resulta fundamental para una distribución y uso eficaz de los recursos energéticos, pero también para asegurar que los costos económicos, sociales y ambientales (por las externalidades negativas asociadas a su consumo) estén reflejados en el precio. En México, actualmente se consumen alrededor de 115, 434 millones litros de gasolinas (Regular y Premium) y 43,089 millones de diésel diarios; estos son utilizados para hacer llegar al consumidor final la mayoría de los productos/servicios (siendo una materia imprescindible) destacando el transporte de insumos, alimentos, medicamentos y personas. Esta dinámica hace que los precios de los combustibles fósiles impacten de manera significativa en el nivel de precios general de una economía, no en vano en los reportes del Banco de México sobre el nivel de inflación (no subyacente) son un tema recurrente.