Los frentes de batalla del plan aeroportuario en el Valle de México

La decisión de mantener activo el AICM conlleva costos en el corto, mediano e incluso largo plazo, que serán asumidos no sólo por el gobierno federal y de la ciudad, sino por los propios usuarios, quienes seguirán padeciendo las limitaciones de un ae

AICM: obsolescencia, saturación y hundimiento. | Víctor Solís
Nexos
Ciudad de México /

Por: Josué Ríos Martínez

Ilustración: Víctor Solís, cortesía de Nexos

El reciente incremento de vuelos responde más a una negociación entre gobierno y compañías aéreas que a una demanda real de usuarios, lo que hace imperativo crear y consolidar las condiciones que hagan atractivo el nuevo aeropuerto para operadores y usuarios. En este sentido, es prioritaria la construcción y puesta en marcha del ramal del Tren Suburbano Lechería-Jaltocán, que permitirá conectar el AIFA con el centro de la ciudad, tal y como ocurre en muchos aeropuertos en el mundo. Otro reto para las pretensiones de operar más vuelos en el AIFA es la degradación del país a Categoría 2 por parte de la Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA) desde mayo de 2021 —debido al incumplimiento de estándares internacionales en materia de seguridad aérea—, que impide la apertura de nuevas rutas hacia al mercado estadounidense. Un factor que está jugando en contra del desarrollo de un aeropuerto como el Felipe Ángeles que busca despegar tanto nacional como internacionalmente.

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