Por: Loraine Morales Pino
Ilustración: Adrián Pérez, cortesía de Nexos
Las dinámicas de las redes sociales tienen aspectos propios —por ejemplo el anonimato o uso de seudónimos, la fugacidad de la red, así como la posibilidad de reproducir los contenidos de forma fácil e inmediata— que permite el surgimiento de lógicas de racismo, xenofobia, aporofobia y discriminación en en estos espacios. De ahí que, en los términos de un estudio reciente, “atribuir connotaciones negativas a un grupo social desde los medios de comunicación y las redes sociales produce narrativas constructoras de identidades marginadas con una fuerte carga estigmatizante”. En ese sentido, la representación en línea de las personas migrantes tiene diversos “rostros” definidos por los disímiles discursos que los definen previamente. Parte de los estigmas y estereotipos sobre los migrantes que poseen los usuarios de redes sociales provienen de lógicas discursivas que se construyen en los medios y redes de comunicación virtuales y presenciales que, además, se basan en aspectos socioculturales de vital importancia.