Por: Ana Elena Fierro
Ilustración: Alberto Caudillo, cortesía de Nexos
A lo largo de este año, la comunidad científica y médica ha ido resolviendo e informándonos poco a poco. Este escenario de encierro e incertidumbre sobre cómo reaccionar ante la enfermedad —qué tratamiento seguir, si habrá hospital que pueda atendernos— nos afecta a todos. Hoy, contar con información pública oportuna, clara y veraz se ha convertido literalmente en un tema de vida o muerte. La información pública, aquella que nuestras autoridades tienen la obligación de producir y hacer accesible a toda la sociedad, enfrenta tres grandes obstáculos para lograr su cometido de guiar a la población en las medidas de prevención y apoyarla para enfrentar la crisis sanitaria y económica: 1) Transparencia opaca, 2) necesidad de un lenguaje ciudadano, y 3) posverdad e información falsa.
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