Por: Ximena Suárez de la Cruz
Ilustración: Estelí Meza, cortesía de Nexos
Nos ha resultado cotidiano normalizar el despliegue de miembros de la Guardia Nacional como parte de la estrategia del gobierno federal para “contener los flujos migratorios”, minimizar las necesidades de los gobiernos y organizaciones en los estados fronterizos para dar cabida, atención y protección a personas migrantes y solicitantes de asilo que esperan del lado mexicano hasta en tanto las autoridades estadounidenses resuelven sus solicitudes, sin dejar pasar, claro, la invisibilidad que se da a la comisión continua y cada vez más conocida de delitos y violaciones de derechos humanos cometidos en contra de la población migrante. Peor aún, normalmente hacemos eco de las terribles condiciones de detención que enfrentan niñas, niños y adolescentes en los centros de detención de los Estados Unidos, sin cuestionar qué es lo que sucede en las propias estaciones migratorias aquí en México.